El perfeccionismo obsesivo puede impactar en nuestra rutina diaria y es crucial tomar medidas para gestionarlo.
Una obsesión que lastima: cuánto perdemos al BUSCAR la PERFECCIÓN
El perfeccionismo puede parecer algo positivo, ya que refleja una gran dedicación y deseo de alcanzar lo mejor en todo lo que hacemos. Sin embargo, cuando esta búsqueda constante de la perfección se vuelve excesiva, puede convertirse en un obstáculo para nuestra felicidad y bienestar.
En este sentido, sitios especializados recomiendan tener en cuanta algunos consejos básicos cuando la presión de tener que hacer todo a la perfección nos sobrepasa y se convierte en un problema.
Consecuencias del perfeccionismo obsesivo
El perfeccionismo es un impulso constante por lograr los estándares más altos en todas las áreas de la vida, ya sea en el trabajo, en las relaciones o en el día a día.
Si bien este impulso puede ser útil para conseguir resultados de calidad, se convierte en un problema cuando comienza a afectar nuestra salud mental y emocional, creando estrés, ansiedad y frustración. Además, este patrón puede dañar a nuestras relaciones, tanto personales como profesionales.
- Ansiedad y estrés: El temor a no alcanzar los estándares ideales puede generar niveles de ansiedad elevados.
- Autoestima baja: La dependencia de la perfección para sentirnos valiosos puede minar por completo nuestra autoestima.
- Procrastinación: El miedo al fracaso no0s paraliza, y consciente o inconscientemente preferimos no hacer nada antes que hacerlo "mal".
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- Rigidez mental: Debido a un excesivo perfeccionismo, nos puede empezar a costar adaptarnos a cambios o situaciones imprevistas.
- Problemas en las relaciones: La tendencia a ser muy crítico puede generar tensiones con los demás.
Consejos para tratar el perfeccionismo obsesivo
Existen algunas formas de frenar el perfeccionismo y adoptar una actitud más equilibrada. En este sentido, si bien lo recomendable siempre es acudir a un profesional de la salud mental para recibir un seguimiento más personalizado, existen algunos consejos básicos que también pueden ayudar.
- Acepta las imperfecciones: reconocer que la perfección es inalcanzable y está bien cometer errores.
- Ajustar las expectativas: establece metas realistas y alcanzables, sin caer en la trampa de los estándares imposibles.
- Practicar la autocompasión: ser amable con nosotros mismos y tratar de aprender de cada experiencia.
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- Enfocarnos en el proceso: celebrar los pequeños avances y no solo los grandes logros.
- Priorizar el autocuidado: dedicar tiempo para nosotros mismos, realizar actividades que nos relajen y recarguen energías.
- Buscar ayuda profesional: Si el perfeccionismo nos está afectando profundamente, un terapeuta puede ayudarnos a cuestionar estos patrones y aprender nuevas formas de relacionarnos con nuestras expectativas.
En esta dirección, superar el perfeccionismo no significa abandonar nuestras metas o perder el deseo de mejorar. Se trata de encontrar un equilibrio donde se pueda seguir avanzando sin que el miedo a no ser perfecto no nos frene.