Si los cuidás bien, te pueden durar toda la vida. Y si perdieron el brillo, el daño puede remediarse siguiendo estos sencillos tips.
Trucos infalibles para recuperar el brillo de tus cubiertos
Los cubiertos son una buena inversión: si comprás unos buenos, te pueden durar toda la vida. Pero si no se cuidan como es debido, pueden deteriorarse, adoptar un color opaco y manchas de óxido.
Para evitar que esto suceda y lograr que se mantengan impecables durante mucho tiempo, es importante lavarlos tras cada uso con agua y jabón, aclarar y secar bien. Así evitarás que se endurezcan los restos de comida y será más sencillo retirarlos.
No es recomendable dejarlos en remojo, porque esto favorece la aparición de manchas en el metal y el deterioro de los mangos. De todas maneras, si tus cubiertos perdieron el brillo existen algunos trucos infalibles para recuperarlos. Un artículo de La Vanguardia explica que el daño puede remediarse siguiendo estos sencillos tips:
Para cubiertos de acero inoxidable:
1. Mezclar una parte de vinagre con tres de agua.
2. Humedecer un paño en la mezcla, asegurándonos de que quede bien impregnado.
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3. Frotar los cubiertos con el paño.
4. Aclarar con agua los cubiertos y secar bien con un paño limpio.
En varios locales hosteleros hacen uso de ginebra para mantener el brillo de la cubertería de acero. Únicamente debe humedecerse un paño con el alcohol en cuestión y frotar los cubiertos con este. Aunque este truco solo resulta rentable si se dispone de una ginebra de mala calidad para efectuarlo.
Para cubiertos de plata:
1. Lavar los cubiertos con agua y jabón. Aclarar y secar.
2. Añadir a un bol dos cucharadas de bicarbonato de sodio y un poco de agua. Al mezclarlo debe quedar una especie de pasta.
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3. Con un paño, frotar la pasta resultante en los cubiertos.
4. Aclarar con agua y secar.
Independientemente del material de los cubiertos, estos nunca deben guardarse húmedos. Y si queremos evitar que se rallen antes de tiempo deben almacenarse de forma ordenada en los cajones correspondientes.