Si bien todos los tipos de lágrimas poseen la misma composición química, hay algunas que contienen una mayor carga hormonal.
¿Sabías que tenemos tres tipos de lágrimas diferentes?
Sabemos que llorar es involuntario, y que hay infinitas razones para hacerlo. Pero no todas las lágrimas son iguales.
Las lágrimas son producidas por pequeñas glándulas ubicadas dentro de la órbita del ojo.
Están compuestas mayoritariamente por agua con un poco de sal, aceite, mucosa y enzimas.
Si bien nuestro cuerpo produce lágrimas todos los días y de manera constante, cuando lloramos, es simplemente porque producimos más lágrimas de las que nuestros ojos soportan contener.
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Existen tres tipos de lágrimas:
Las lágrimas basales
Son las más comunes. Están presentes en el ojo todo el día, y sirven para lubricar y nutrir el ojo, y proteger la córnea. Actúan como barrera protectora. La escasez de estas lágrimas y la mala lubricación deja al ojo desprotegido ante agentes externos, haciéndolo más propenso a enfermedades e infecciones.
Las lágrimas reflejo
Se producen cuando el ojo necesita liberarse de alguna sustancia indeseada con la que entra en contacto y que le provoca irritación. Como el humo, cenizas, polvo, pestañas u otros objetos extraños que caen sobre nuestra córnea. También se producen cuando cortamos cebolla, ya que estas, al cortarse, liberan un gas que contiene azufre, el cual en contacto con el agua de nuestros ojos, se descompone en ácido. Nuestros ojos entonces producen más agua, en forma de lágrimas, para poder diluirlo y expulsarlo.
Las lágrimas emocionales
Son las que producimos cuando nos encontramos en momentos de emoción profunda, como tristeza, miedo, alegría, enojo o dolor.
Irónicamente, estas lágrimas son las que nos hacen sentir mejor, ya que la composición química de las lágrimas actúa como un calmante que nos reconforta de una manera directa.
Si bien todos los tipos de lágrimas poseen la misma composición química, las emocionales contienen una mayor carga hormonal.
Su producción libera oxitocina y endorfinas, hormonas que hacen que las personas se sientan bien y ayudan a aliviar el dolor tanto físico como emocional.
Estas hormonas son producidas por nuestro cerebro y tienen una estructura muy similar a la de los opiáceos, como la morfina y el opio, pero carecen de sus efectos adversos. Son químicos naturales que actúan como analgésicos.
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