El pescado es uno de los alimentos que más proteínas y antioxidantes aporta, pero hay que tener ciertos recaudos si no vas a cocinarlo.
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Si bien todos sabemos de los beneficios que trae comer pescado, hasta el día de hoy se discute sobre si el consumo de pescado crudo tiene ventajas o inconvenientes, desde nutricionales hasta relacionados con la seguridad alimentaria.
En cuanto al aspecto nutricional, cocinar el pescado con calor prácticamente no modifica sus propiedades, y tanto los minerales como vitaminas se mantienen estables.
Pero desde el aspecto de la seguridad alimentaria las diferencias sí que son relevantes.
Parásitos
Y es que el pescado puede contener numerosos parásitos. El más común es el Anisakis, cuyas larvas provocan la enfermedad parasitosa en humanos llamada anisakiasis.
Una manera fácil de evitarlo es congelar el pescado durante al menos 24 horas, especialmente si lo vamos a comer crudo.
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Bacterias
Sin embargo, además de los parásitos, están las bacterias, como Salmonella, y otras. Este problema desaparece al cocinar el alimento ya que el calor elevado las destruye por completo.
Si el pescado no se ha refrigerado bien, las enterobacterias pueden haber transformado un aminoácido en histamina, que provoca síntomas similares a los de una reacción alérgica y que pueden ser graves en personas sensibles.
Químicos
Algunos peces de gran tamaño que se utilizan en preparaciones en crudo, entre ellos el atún y el salmón, pueden acumular metales como mercurio, cadmio o plomo. En los mares muy contaminados los peces acumulan estos elementos en su grasa. Y cuanto mayor es el pez, más acumulación tendrá. Para evitarlo lo mejor es no abusar del consumo de cuatro especies: pez espada, tiburón, atún rojo y lucio, recomienda en The Conversation.
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