Aprende cómo equilibrar el estrés, aprovechar la tecnología de manera saludable, planificar tu día de manera efectiva y encuentra la serenidad en medio de un mundo agitado.
Slow Life: el arte de vivir despacio y encontrar la verdadera felicidad
El Slow Life (del inglés "vida lenta" ) es un movimiento cultural originado a finales de los 80 en Italia, que promueve un estilo de vida desacelerado, priorizando aspectos cotidianos como: el descanso, la comunicación, la alimentación, el presente y las relaciones personales.
Su planteamiento de base es que el ritmo de vida actual es insostenible e insano, pues se prioriza el trabajo sobre otros aspectos de la vida y existe un consumismo desmedido. Cabe destacar, que el movimiento como aclara Mejor con salud no significa ser vago o trabajar poco, sino tomarse la vida de otra manera y disfrutar de cada momento.
Las 9 pautas para poner en práctica el slow life:
1. Ser consciente del momento presente
Recordemos que el Slow Life no se trata de falta de actividad o pereza, sino de estar conscientes del presente y concentrarse en lo que se hace en cada momento, sin la tortura del pensamiento sobre el pasado o el futuro. En este sentido el mindfulness es una técnica efectiva para enfocarse en el momento presente y notar cambios en la forma de percibir y valorar cada momento.
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2. Disfrutar de la naturaleza
El contacto con la naturaleza nos invita a bajar el ritmo y contemplar su majestuosidad. De hecho, se ha comprobado que los entornos naturales potencian nuestro bienestar general.
Podemos conectar con ella de una forma simple, ya sea en el jardín de la casa, pasear por las zonas verdes de la zona en la que vivimos.
3. Conectar con las personas que nos rodean
La vida agitada y el uso de redes sociales dificultan la comunicación cara a cara y el contacto genuino con los demás. Por eso, es importante valorar nuestras relaciones, facilitar los encuentros y asegurarnos de que nuestras acciones impacten positivamente en la comunidad. Generar espacios de comunicación y escucha activa son clave para esto.
4. Evitar el consumismo
En un mundo impulsado por el consumismo, se nos ha inculcado la idea de que la felicidad depende de la posesión de determinados productos para estar bien y ser feliz.
Para abrazar un estilo de vida más pausado y consciente, es fundamental explorar nuestra verdadera esencia, analizar nuestra vida y reflexionar sobre lo que realmente necesitamos. Este movimiento nos invita a convertirnos en consumidores conscientes, adquiriendo solo lo necesario y siendo responsables con el medio ambiente.
5. Usar la tecnología para facilitar la vida
El movimiento slow life tampoco está en contra de la tecnología. Al contrario, promueve su uso, siempre y cuando nos ayude a llevar una vida más plena, feliz y sostenible. Lo ideal es que recurramos a ellas como medio o herramienta, en lugar de un fin en sí misma.
6. Practicar el slow eating (comer despacio)
Al momento de comer, saborea los alimentos, mastica bien y disfruta de la comida, lo que se conoce también como alimentación consciente. La recomendación es no comer viendo el teléfono o la computadora y compartir este momento con otras personas.
Así, no solo conectas con lo que te rodea, sino que también tu cuerpo procesa la señal de saciedad antes y comeras menos.
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7. Equilibrar el estrés con relajación
Podemos compensar los picos de trabajo y obligaciones haciendo espacio para actividades que nos permitan relajarnos.
Como por ejemplo, salir a correr, hacer yoga, leer, manualidades, cocinar, dar un paseo. Lo ideal es que busques pasatiempos que te lleven a la pausa, la conexión y reflexión interna.
8. Evitar la multitarea (multitasking)
Hacer varias cosas a la vez se asocia con la productividad y la efectividad. Sin embargo, la capacidad para atender y permanecer concentrardos en el tiempo es limitada.
Tomar descansos breves entre tareas es clave para mantenernos enfocados, mejorar el desempeño y conservar nuestra energía durante el día. Adiós a la frustración y al estrés.
9. Planificar el día
Para lograrlo, es importante adoptar una actitud de expectativas moderadas con respecto a las actividades que deseamos abordar, ya que siempre pueden surgir imprevistos que nos obligan a ajustar nuestra agenda. La planificación adecuada es clave para evitar la sensación de falta de tiempo. La planificación debe incluir una reserva de tiempo para realizar actividades que nos gusten y nos permitan desconectar de nuestras obligaciones. Solo de esta manera podremos experimentar una sensación de bienestar y descanso.
El slow life es una excelente forma de disfrutar más de la vida y alejarnos del estrés. Pero aplicarlo puede ser todo un reto, pues estamos muy acostumbrados a los ritmos acelerados y a la sobrecarga de obligaciones. Lo ideal es que empecemos a integrar nuestra rutina los hábitos Slow de forma gradual, para tener éxito y evitar frustraciones. ¡Sumérgete en el Slow Life y redescubre la calma y la plenitud en tu vida!