Un estudio de una universidad europea llegó a la conclusión de cuál es la mejor manera de interactuar con los felinos, respetando sus límites y preferencias.
Según la ciencia muchos dueños no saben como acariciar sus gatos
Los gatos se convirtieron en fieles compañeros. Los felinos son un tipo de mascota ideal para gente que vive en espacios pequeños, o que no dispone de mucho tiempo para paseos y baños, como lo requieren otros tipos de animales.
Desde hace un tiempo se viene hablando de que los amantes de los gatos podrían estar malinterpretando ciertas conductas de su mascota. Expertos en este animal han estudiado actitudes que el ser humano debe aprender para tener una mejor relación con él. En concreto, la ciencia ha descubierto que hay ciertas zonas del cuerpo en donde el felino evita caricias y contactos.
La investigadora experta en conducta felina de la Universidad de Nottingham Trent, del Reino Unido, Lauren Finka ha observado como cómo las personalidades, la demografía y la experiencia previa de las personas con los gatos afectaban la forma en que se acercaban e interactuaban con ellos.
La investigación de Finka tomó en cuenta el conocimiento general sobre los lugares en donde la gente piensa que se debe acariciar a un gato, y hasta qué punto efectivamente las personas de estas mascotas interactuaban bajo estas "preferencias". La prueba se basó en pedirle a los participantes que interactuaran con tres gatos que no conocían, dejando que los felinos se acercaran a ellos y no al contrario, buscarlos.
Los resultados
Según estudios, en el imaginario social estaba arraigada la creencia que a los gatos les gusta que les acaricien la base de la cola. Sin embargo, la investigación sugiere que esto puede producir las respuestas más negativas de los felinos.
También sugiere que no hay que acariciarles la panza, ya que el gato evolucionó para mantener esta área protegida. Los órganos vitales de este animal están expuestos en el ombligo, por lo que al tocar esa zona se sientan amenazados.
Teniendo en cuenta estas características, las pruebas arrojaron la siguiente información:
Personas mayores o con rasgo neuroticismo: tendencia a sujetar y controlar más a los gatos.
Extraversión: tocar las áreas menos preferidas de los gatos domésticos.
Amabilidad: más amigables y empáticas en sus interacciones con los gatos.
Personas con experiencia laboral con gatos y animales: tendencia a la cautela y a las necesidades del felino.
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Cómo detectar si el gato acepta o rechaza la caricia
Hay un cierto número de conductas que pueden relacionarse al disfrute o la tensión de los felinos a la hora de la interacción con los humanos y se resumen en los siguientes puntos:
Si el gato disfruta:
Mantiene la cola erguida e inicia el contacto.
Ronronea y hace algo parecido a amasar con las patas delanteras.
Mueve suavemente la cola de lado a lado mientras la estira en el aire.
Exhibe una postura y una expresión facial relajadas, con las orejas apuntando hacia delante.
Empuja con cariño si se detienen las caricias para indicar que continúen.
Si el gato no disfruta:
Mueve o voltea la cabeza en dirección contraria a la del humano.
Se muestra pasivo (no ronronea ni busca el contacto).
Parpadea de forma exagerada, sacude la cabeza o el cuerpo o se lame la nariz.
Se asea repentina y apresuradamente durante poco tiempo.
Se le eriza el pelo o contrae la espalda.
Mueve o agita la cola o golpea con ella;Aplana las orejas y las orienta hacia los lados o hacia atrás.
Muerde, aparta o golpea la mano con una pata.
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