Se suman las evidencias que relacionan a las enfermedades colorrectales con la dieta occidental.
El ingrediente que eleva el riesgo de cáncer y comés a diario
Cada vez son más las evidencias que relacionan a las enfermedades colorrectales con la dieta occidental (por no decir una mala alimentación basada en ultraprocesados, azúcar añadida, sodio, grasa, carnes rojas procesadas, aditivos y colorantes).
Los dulces, golosinas, y pastelería procesada (galletas) que llamen la atención por su color poco natural tiene una alta relación con estas enfermedades.
Fue Lorne J. Hofseth, profesor y decano a cargo de investigación en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Carolina del Sur (EEUU), quien analizó la preocupación existente sobre los colorantes artificiales en un artículo en The Conversation.
El uso de colorantes sintéticos está naturalizado, sobre todo en lo que refiere a salsas, golosinas como o galletas, pero según comenta Hofseth, también se conoce cierta relación entre dichos colorantes y desarrollo de cáncer.
Ver además: Desde ojeras hasta artritis: los usos preventivos de la cúrcuma
Hay que tener en cuenta que los primeros colorantes se comenzaron a fabricar a finales del siglo XIX y se crearon a partir de alquitrán. Y, lamentablemente, hoy no es muy diferente, ya que la mayoría de estos colorantes se sinterizan a partir del naftaleno, una sustancia química derivada del petróleo.
Hay colorantes comestibles naturales, como el extracto de remolacha o la cúrcuma, entre otros, pero por supuesto el uso artificial es más barato y duradero.
Respecto a la toxicidad de los colorantes artificiales permitidos, y que se habían descartado como potencialmente cancerígenos, las evidencias más recientes de Hofseth y sus colaboradores detectaron riesgos preocupantes para la salud, sobre todo en el cáncer colorrectal.
Los colorantes comestibles artificiales, a pesar de no ser cancerígenos de forma directa, sí podrían colaborar de forma indirecta, ya que las bacterias intestinales intentarían descomponerlos en moléculas esenciales, las cuales sí pueden provocar cáncer, aunque reconocen que se necesita más investigación.
Lo que sí se sabe sobre los colorantes artificiales es que pueden llegar a unirse al ADN y las proteínas de dentro de las células, e incluso colaborar en estimular la inflamación corporal.
Te puede interesar: Declaran culpable de cancerígeno a talco de conocida marca