Aprendé a cuidar tus plantas sin gastar recursos de manera ineficiente. Todo lo que tenés que saber.
Riego: cómo tener un jardín perfecto sin derrochar agua
Tener un jardín hermoso y saludable no es tarea sencilla. Porque a los cuidados propios del lugar, hay que sumarle los que tienen que ver con el medio ambiente.
Es importante conocer todo sobre el riego, no solo para cuidar nuestras plantas y césped, sino para no gastar recursos de manera ineficiente.
Si hacemos un buen uso del agua, evitaremos el derroche y a la vez nos aseguraremos un buen crecimiento de nuestra vegetación. Por eso hay que saber cómo regar con responsabilidad para usar solo el agua justa y necesaria.
Respecto de la cantidad necesaria, expertos señalan que lo importante es suministrar lo que el suelo y la planta pierde. Para eso es importante analizar, primero, el clima.
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Por ejemplo, si la zona donde nos encontramos es desértica, con una media anual de lluvia de 200mm por año, para las necesidades de un jardín de consideración se considera insuficiente; sin contar que las lluvias tampoco caen de manera proporcionada a lo largo del año.
Ese déficit se debe cubrir con riego artificial. Para calcular la cantidad, tendremos en cuenta las pérdidas, que son por evaporación del suelo y por la transpiración natural de las plantas. Sumando estas dos pérdidas, en nuestra zona es de entre 8 y 10mm por m2 por día: entonces, deberíamos agregar entre 8 y 10 litros por m2 por día (1mm de lluvia o riego equivale a 1 litro por m2).
Si el riego se produce a través de cisterna, es muy fácil calcularlo, teniendo en cuenta su capacidad. En el caso del sistema por aspersión o goteo, dependerá del tipo de emisor y el distanciamiento entre ellos: si el sistema entrega 45 mm por hora y se necesita 10 mm (10 litro/m2 por día), con tener 15 minutos encendido el sistema será suficiente.
Regar con responsabilidad es saber proveer la cantidad necesaria de agua de manera adecuada a nuestras plantas. El uso correcto del principal recurso natural es fundamental para la vida de todas las especies. Por eso debemos aprender de una buena vez a cuidarla y defenderla, sin discusión alguna.
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También es importante tener en cuenta cuándo regar, para lo que habrá que tener en cuenta varios factores: uno es la temperatura, a mayor temperatura, mayor evapotranspiración. Otro factor es la humedad relativa del ambiente, porque cuanto más baja es, mayor será la pérdida de agua.
También influyen los vientos, por su poder secante; y la radiación solar, ya que un día de cielo despejado, el suelo se seca más rápido. Por último, la textura del suelo, porque cuanto más liviano es un suelo (arenoso), la capacidad de acumular agua es baja y en un suelo pesado (arcilloso), la velocidad de pérdida es mayor en un suelo arenoso que arcilloso.
Algunos consejos
En el caso de la textura -aumentando la cantidad de materia orgánica (guano, compost, lombri compuesto)- se obtendrá un suelo más esponjoso que retendrá mayor cantidad de agua.
Sobre las otras dos variables, se pueden disminuir su incidencia regando de noche, porque durante la noche baja la temperatura y aumenta la humedad relativa.
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Por lo tanto, lo ideal para un buen uso del agua en primavera, verano y otoño, sería regar durante la tarde-noche.
En invierno, sin embargo, conviene regar entre las 11 y las 16 por el frío: a esa hora no habrá riesgo de rotura del equipo por el congelamiento.
Cómo regar
Lo correcto es aplicar la cantidad de agua calculada en un solo riego para que haya humedad en profundidad. Si regamos en varias veces, generaremos un césped que, ante la menor falta de agua, sufrirá consecuencias.
Una regla general para regar si se desconoce los requerimientos de la planta, es hacerlo de a poco: si le falta agua, se pondrá flácida. Si se riega en exceso, lo más probable es que comience a ponerse amarilla y las hojas comiencen a caerse. En este último caso, el problema no suele ser reversible.
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Siempre es importante ver cómo está la planta: si el suelo en superficie está seco, pero la planta está bien, quiere decir que en profundidad hay suficiente cantidad de agua para sus funciones.
Riego de macetas
No hay fórmulas exactas, depende de varios factores:
1. Tipo de planta. Si una planta proviene de un lugar más húmedo, necesitará por ende más riego.
2. Tipo de maceta. El material es importante y su drenaje también, si pierden agua o si acumulan.
3. Tamaño de la maceta. Si es más grande podrá acumular más agua.
4. Tipo de sustrato. Si es arenoso secará más rápido.
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5. Exposición. Si está expuesta directamente al sol, la maceta sufre desecación.
6. Color. Blancas y con colores claros las macetas que estén expuestas al sol.
7. Drenaje. Es importante para las plantas que no necesiten tanta acumulación de agua.
Fuente: Río Negro