La trágica muerte del hombre más inteligente de la historia

Llegó a hablar 40 idiomas y a inventar el suyo propio. Pese a eso, murió solo, encerrado en su departamento. La vida estrellada de un niño prodigio estadounidense.

La trágica muerte del hombre más inteligente de la historia

Por: Mendoza Post

Ni Alfred Einstein, Wolfgang Amadeus Mozart ni Nikola Testa. El hombre que es considerado el más inteligente de la historia se llamó William James Sidis. Se creía que tenía un coeficiente intelectual de 250, contra los 160 que se le atribuye a Einstein. Más allá de esta forma de medir las capacidades mentales -que tiene sus detractores- conviene repasar la vida de Sidis para conocer sus aptitudes.

Nació en 1898 como fruto de un "desafío" de dos padres judíos que vivían en Nueva York. Ella era una médica y él era un psiquiatra y filósofo. Tuvieron la idea de tener un hijo y criarlo desde chico para que sea un genio

Cuando nació James, empezaron a estimularlo. Antes de cumplir dos años, ya leía el New York Times. A los cuatro escribió un relato en francés. A los cinco, ideó un cálculo que permitía saber en qué día de la semana se produjo cualquier evento histórico.

Antes de cumplir dos años, Sidis ya leía el diario como cualquier adulto.

Para tomar dimensión de su genio, a esa edad ya hablaba siete idiomas más aparte de su natal, el inglés. 

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A los doce años, entró a Harvard. Cinco años después ya tenía su título en matemáticas y trabajaba como profesor en la Universidad de Rice, y mientras tanto estudiaba para su doctorado. Tenía solo 17 años.

Sidis, fotografiado en distintas etapas de su vida.

Las miserias de James venían por su problema para ser aceptado por los demás. Sus colegas de la ciencia lo consideraban un fenómeno en el mal sentido: un raro, alguien a quien había que apartar. 

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No importaba que hubiera escrito decenas de libros ni que hubiese llegado a hablar 40 idiomas -incluso inventó uno propio, el vendergood-. 

Declarado ateo, nunca quiso enlistarse en el ejército para pelear en la Segunda Guerra Mundial y fue muy criticado por la prensa y la sociedad en general.

Sidis jamás llegó a tener pareja. Estaba enamorado de una mujer irlandesa, Martha Foley, a la que conoció mientras militaba en marchas de izquierda. Su padre le prohibió verla y él le hizo caso. 

Vivió encerrado hasta los 46 años, cuando murió en su casa de Chicago. Lo encontraron una semana después, con la foto de Martha Foley junto a él, entre sus objetos personales.

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