El desperdicio de los alimentos y la prolongación de la vida útil de los distintos de quesos es muy variada y hay que tener diversos recaudos.
Estos son los quesos que se pueden freezar y los que no
Sin lugar a dudas poder freezar algunos alimentos tiene claras ventajas, como la prolongación de la vida útil de los mismos, incluyendo un importante ahorro evitando el desperdicio de los alimentos.
En relación a los quesos hay varias dudas respecto de cuales permiten este proceso y cuales no.
Pero el principal interrogantes gira en torno a: ¿Se pueden congelar los quesos?; y las respuestas son varias pero aunque hay opiniones divergentes ciertos tipos sí pueden congelarse y desde el punto de vista de la seguridad alimentaria no hay problema.
¿Qué tipos de queso se pueden congelar y cuáles no?
Los quesos frescos como mozzarella, mascarpone, ricotta, feta, son los que no se debe congelar nunca si no se quiere echarlos a perder al descongelarlos. Además, son los que menos resisten a temperatura ambiente.
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Los cremosos tipo camembert, brie y algunos quesos azules tampoco es aconsejable congelarlos, aunque al descongelarlos, si bien no tienen la misma consistencia sí puede ser aptos como queso de untar.
Roquefort
Los tipo roquefort y otros quesos afectados por hongos pueden conservar más o menos su estructura y una vez descongelados son comestibles, si bien se desmigajan fácilmente y ya no tendrán la consistencia cremosa.
Gruyere
Los duros tipo gouda, gruyere, cheddar, emmental y edam son los que mejor soportan la congelación y al volver a su estado de temperatura normal mostrarán un aspecto casi perfecto, además de aguantar bien en cuanto a aroma y sabor. También el manchego semicurado entra en esta categoría, cuanto más tierno mejor.
Los más delicados son los frescos, ya que deben consumirse en cuatro o cinco días; por tanto, deben comprarse lo más cerca posible de la fecha de elaboración y deben guardarse en la heladera hasta que se consuman.
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