El alcohol se ha convertido en un desafío para muchos padres cuando sus hijos adolescentes comienzan a experimentar con él. Les brindamos consejos sobre qué estrategias de crianza aplicar cuando se encuentren en esta situación.
¿Qué hacer si mi hijo adolescente empieza a tomar alcohol?
El alcohol ha sido parte de la vida humana durante siglos, utilizado en rituales religiosos y culturales. En la actualidad, se encuentra presente en casi todos los eventos sociales está muy arraigado a nivel cultural y su accesibilidad contribuye a su consumo. Por esto el alcohol suele ser la primera sustancia que prueban los adolescentes debido a la impulsividad, el deseo de encajar y los miedos e inseguridades propios de esta etapa.
El abuso de alcohol es un grave riesgo en amplios sentidos al que se enfrentan los adolescentes, quienes también son especialmente vulnerables al consumo de drogas. Esta situación preocupa mucho a los padres, quienes se sienten impotentes al ver a sus hijos empezar a beber.
A continuación, presentamos las recomendaciones de la psicóloga de pareja y de familia Carolina Marín en el sitio psicología y mente, vamos a comentar cuestiones importantes que los padres deben tener presente si sus hijos adolescentes se inician en el alcohol.
Qué hacer cuando mi hijo adolescente empieza a tomar alcohol
1. Habla con tu hijo sobre ello. Muchos padres fingen no saber que sus hijos beben y evitan hablar del tema por no saber cómo abordarlo, pero esta respuesta no fomenta una actitud responsable hacia el consumo de alcohol. Es responsabilidad de los adultos guiar a los adolescentes con calma y comprensión, sin críticas ni juicios. Es importante escuchar a los hijos y entender sus motivos para beber. La confianza desarrollada entre padres e hijos es clave para hablar abiertamente sobre el alcohol en un ambiente cálido y honesto.
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2. Ponte en su lugar. Muchos adultos adoptan una actitud muy crítica y de intolerancia total hacia el alcohol, pero esto rara vez ayuda a que los hijos reduzcan su consumo. Esta actitud suele fomentar una reacción opuesta y el actuar a escondidas por parte de los hijos. Es importante que los adultos recuerden su propia adolescencia y se acerquen a sus hijos con empatía, comprendiendo que están atravesando una etapa difícil en la que encajar en el grupo es su prioridad.
3. Informa y marca límites. Empatizar y escuchar no significa que no se deban poner límites. Los padres deben informar claramente a sus hijos de los riesgos que el alcohol implica. Además, es conveniente que marquen límites inquebrantables, como por ejemplo el conducir ebrio, gastar cierta cantidad de dinero en alcohol o comprar bebida sin la edad mínima legal.
4. Predica con el ejemplo. Es importante destacar la importancia de dar ejemplo a los adolescentes en relación al consumo. No tiene sentido que los adultos prohíban a sus hijos consumir alcohol cuando ellos mismos lo hacen frente a ellos. Los padres son el modelo a seguir para los jóvenes y son el reflejo en el que estos se miran. Por eso, es esencial ser un modelo positivo. Además, algunos jóvenes son especialmente vulnerables al consumo de alcohol debido a padres o miembros de la familia con problemas de consumo, así como otros factores estresantes como la violencia intrafamiliar o las dificultades económicas.
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5. Enseña a tu hijo a decir que no. Muchos adolescentes beben bajo la influencia de la presión social. Aunque es natural que durante la adolescencia el grupo de amigos tenga gran importancia, es fundamental que los adultos eduquen a sus hijos para que aprendan a decir "no". Esto implica crear un ambiente familiar donde haya comunicación asertiva, con respeto, donde se valora la opinión del adolescente. Si en casa nunca se escucha su opinión y se le impone qué hacer sin negociaciones, lo esperable es que asuma que debe seguir siempre lo que le dicen desde afuera. Desarrollar un espíritu crítico y aprender a establecer límites son aprendizajes cruciales.
6. Cultiva su autoestima. El consumo de alcohol es para muchos jóvenes una forma de anestesiar sus inseguridades. Aunque en el momento esta sustancia permite desinhibir a las personas induciendo un estado de relajación, lo cierto es que el alcohol no favorece la desaparición de las emociones difíciles. Por el contrario, contribuye a hacerlas cada vez más intensas una vez que el organismo vuelve a su estado original.
En la compleja etapa de la adolescencia, el consumo de alcohol puede convertirse en un tema delicado y preocupante. Sin embargo, abordarlo con empatía y comprensión, estableciendo una comunicación efectiva, brindando información y ejerciendo un modelo positivo, puede marcar una gran diferencia en la forma en que los adolescentes enfrentan esta experiencia. La tarea puede ser desafiante, pero con amor, paciencia y apoyo, los padres pueden influir positivamente en la vida de sus hijos durante esta importante fase de crecimiento.