Este terminó tomó relevancia durante la pandemia. Se relaciona con la crianza y el estrés que esta supone.
Qué es el burnout parental que afecta a madres y padres
El burnout parental es un síndrome de agotamiento que afecta a medres y padres que se exponen a un alto nivel de estrés respecto de la crianza de sus hijos.
Este término, que no es nuevo, tomó un nuevo significado durante la pandemia, en la que quedó en evidencia la gran exigencia de los padres con niños a cargo.
Se relaciona con cansancio, tristeza, ansiedad, pérdida del placer por la crianza y distancia emocional con los hijos, que a la vez se ven influenciadas por las cargas de "idealidad" que derivan de los modelos culturales imperantes, señala la Lic. María Fernanda Rivas, psicoanalista, para el sitio Ámbito.
Los padres miden los sacrificios de la crianza con las satisfacciones que sus hijos les van dando a medida que crecen y empiezan a "devolver" el cariño y todo el esfuerzo brindado. Sus virtudes o defectos servirán de medida para saber si se hizo un "buen trabajo".
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Cuando va todo bien, los padres miran a sus hijos con orgullo. En 1914 Freud habló de "Su majestad el bebé", caracterizando la actitud parental de sobreestimación hacia los hijos, de quienes se espera la perfección.
La relación entre padres e hijos ha ido cambiando junto con el contexto social. La familia es un sistema dinámico con cambios permanentes en el que los protagonistas pueden llegar a experimentar importantes cargas de estrés.
Pero la familia ya no es el único parámetro en la formación de la personalidad del niño: la socialización y el acceso a la información son a edades cada vez más tempranas. Hoy existen múltiples vínculos en la vida de los niños que pueden tener influencia positiva o negativa.
El "miedo al adulto" ha disminuido notoriamente. De hecho, hoy en día los castigos están contraindicados y son fuertemente castigados y muchas veces es el adulto el que le teme al niño.
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No solo padres; también los maestros se ven afectados por niños con conductas que se tornan irrespetuosas e incontrolables. Los mayores se sienten más inseguros con respecto a la crianza, ya no tienen el "poder" absoluto.
Incluso hay chicos que insultan o pegan a los grandes, que terminan cediendo ante sus reclamos y sintiendo vergüenza o culpa.
En ocasiones los más pequeños terminan enseñando a los padres, sobre todo en lo referido a la tecnología, lo que les termina dando cierto "poder".
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Además, los niños en la actualidad suelen presentar cuadros de estrés, justamente por la cantidad de responsabilidades que asumen: deben hacer varias cosas y se espera mucho de ellos. Ya cada vez se da menos lugar al tiempo de ocio y recreación.
Hoy los niños son más "adultos" y los grandes, en tanto, tratan de entenderlos, de ponerse en su lugar y ver la vida como ellos.
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