Un estudio relaciona una variedad de problemas de visión con las enfermedades cardiovasculares. Ésta última es la principal causa de muerte en el mundo.
Los problemas en la vista podrían acarrear más riesgo de ACV
Pese a que durante décadas se realizaron estudios sobre la degeneración de la visión relacionada con la edad; las enfermedades cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares no habían sido puestos bajo la lupa y mucho menos se habían analizado como asociaciones consistentes entre ambos fenómenos.
Sin embargo, investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, en Nueva York, afirmaron que las personas con una forma de degeneración macular (es decir con una pérdida de la visión) relacionada con la edad tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
"Por primera vez, hemos podido conectar estas enfermedades cardiovasculares específicas de alto riesgo con una forma específica de deterioro, el que tiene depósitos subretinianos de drusoide (SDD)", explica el autor principal Theodore Smith, profesor de Oftalmología en Mount Sinai.
Estos depósitos, según indicó, consisten en lípidos grasos que se forman debajo de las células de la retina sensibles a la luz, en la parte posterior del ojo. Como resultado, pueden conducir a la pérdida de la visión. La detección es difícil y requiere escaneos de imágenes de alta tecnología, destacó el sitio Infobae.
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"Este estudio es el primer vínculo fuerte entre la principal causa de ceguera, AMD, y la enfermedad cardíaca, la principal causa de muerte en todo el mundo. Además, también tenemos evidencia sólida de lo que realmente sucede: el suministro de sangre al ojo disminuye directamente por estas enfermedades, ya sea por daño cardíaco que reduce el suministro de sangre en todo el cuerpo, o por una arteria carótida bloqueada que impide directamente el flujo de sangre al ojo", continúa Smith.
La perdida de visión puede ser una manifestación de una condición vascular subyacente. Los hallazgos, que se publican en BMJ Open Ophthalmology, tienen importantes implicaciones para la salud pública, ya que abren la puerta a la detección a gran escala, comenzando con los ojos de alguien.
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"Un suministro de sangre deficiente puede causar daño a cualquier parte del cuerpo, y con estas enfermedades específicas, la retina destruida y los SDD sobrantes son ese daño. Ese deterioro en la retina significa pérdida de la visión y puede conducir a la ceguera", indicó Smith.