La cúspide del mundo guarda en sí un cementerio de aviones y miedo a cruzarla para cualquier piloto. Pero, además, las compañías aéreas prefieren trazar otras rutas.
¿Por qué ninguna compañía aérea cruza la cordillera del Himalaya?
La cordillera del Himalaya es sin lugar a dudas uno de los lugares más emblemáticos de todo el globo terráqueo, ya que en su interior se encuentra el punto más alto del planeta, el Everest que asciende a 8849 m.s.n.m, rodeado de numerosas cumbres que incluyen a varios países como Bután, Nepal, China, India y Pakistán.
La formación, además de contener los picos más elevados del mundo, tiene un potente significado religioso en el hinduismo y budismo. Pero, además, de generación en generación es una zona temida por los pilotos de aviones del mundo. No porque las aeronaves no puedan sobrevolar estos picos ya que la altitud de vuelo máxima se encuentra entre los 10.500 y 12.000 metros de altura.
Lo cierto es que hay otras razones que explican por qué actualmente ninguna aerolínea cruza directamente la cadena montañosa y eligen rutas que la rodeen. Es decir que, hoy pese a que los aviones pueden superar el desafío de esta imponente altura siguen bordeandola.
Es que según los reportes históricos el miedo a atravesarlo radica en una misión topográfica llevada a cabo en 1933 y en un total de 549 aviones estrellados allí durante la segunda guerra mundial. Estos datos pocos alentadores dejaron enseñanzas.
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La misión que logró atravesar el Himalaya
En 1933 dos biplanos -un Westland Wallace y un Westland PV3- lograron sobrevolar el Everest. Se trataba de una delegación de topógrafos y científicos británicos encabezada por Sir Douglas Douglas Hamilton, duque de Escocia, tal como relata Calcalist.
En ese viaje se intentó recabar información sobre el imponente Everest, ya que en aquellos años no se conocía su verdadera altura y jamás había sido escalado hasta su cima. Así fue que el grupo encabezado por Hamilton estaba diseñado para mapear el área y tomar fotografías aéreas de cercanía de la montaña por primera vez en la historia.
Durante la travesía, los reportes históricos precisan que fuertes vientos comenzaron a golpear los aviones del grupo. En un momento, una corriente de aire arrastró una de las aeronaves a 1.500 pies hacia el suelo y luego otra ráfaga la movió de lado con violencia. De más está decir que una vez que se sobrevuela el Himalaya, ningún aterrizaje en avión es posible. Sí o sí hay que lograr salir.
Pese a ello, la misión logró su objetivo y pudieron regresar sanos y salvos, pero como resultado final de investigación confirmaron que no se debía sobrevolar el Himalaya y que no era recomendable hacerlo.
Luego, según publica Infobae se sucedieron otros vuelos científicos que buscaron lo mismo, mapear la zona y especialmente al Everest. El Himalaya sólo era visitado por algunos pocos aviones de topógrafos y aventureros, entre los cuales hubo algunos accidentes mortales, hasta que 9 años después de la aventura de Hamilton cientos y cientos de aviones empezaron a verse entre los picos más altos de la tierra. La Segunda Guerra Mundial había comenzado.
La peligrosa ruta de la Segunda Guerra Mundial
En un contexto internacional complejo, alrededor de 1941, el Japón imperial, aliado de Alemania en El Eje, dominaba el sudeste asiático, la zona era muy vigilada por submarinos y aviones japoneses por lo que a Estados Unidos le era imposible enviar tropas y equipos por mar.
Así fue como los Aliados idearon un plan complejo: debían armar a las fuerzas del Ejército Libre Chino para lograr expulsar a las fuerzas japonesas de esa región y así obtener ese territorio como base de despegue de operaciones de largo alcance. Así podrían bombardear Japón directamente.
Para hacerlo sólo podían enviar tropas y equipamiento a través del cielo y para llegar solo se tenían que atravesar nada más ni menos que 2.300 kilómetros del Himalaya. Así fue como diversas operaciones se encomendaron a la misión sabiendo que ante cualquier percance que ocurriese en vuelo era una muerte asegurada ya que no había forma de realizar un aterrizaje de emergencia.
Lo cierto es que los números confirmaron estas teorías y en un periodo de tres años, 549 aviones se perdieron y 1.659 personas murieron. Pero se transfirieron a China unas 660.000 toneladas de armamento, equipos y medicinas. Los japoneses fueron obligados a seguir peleando en ese frente, hasta la derrota en 1945.
Los avances tecnológicos
Varias décadas después la situación dista considerablemente y estos problemas ya han sido ampliamente superados por la aeronáutica. Hoy los aviones pueden navegar a una altura desde la que apenas se ven las montañas, el GPS evita errores de navegación, las mejoras en la formación de los pilotos permiten una excelente operación de emergencias y la presurización del fuselaje permite respirar a esas alturas sin problemas.
Pese a ello, en la actualidad, los aviones comerciales circundan el Himalaya y no lo atraviesan en línea recta ya que los vuelos se trazan en rutas donde el avión pueda descender a los 3000, altura en la cual el ser humano puede respirar sin la necesidad de la compresión artificial. Es que a los 3000 metros en esa parte del planeta no hay más que cientos de montañas.
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