Lograrás blanquear de forma rápida, sencilla y económica.
Así podés dejar las paredes blancas sin tener que pintar
El paso del tiempo hace que las paredes blancas comiencen a perder su color, ya sea porque se deterioran o se ensucian. Muchos comienzan a entrar en pánico cuando sacan la cuenta de cuánto saldría volver a pintar y hacer que luzca como antes. Sin embargo, hay un método que hará que puedas ahorrar mucho dinero y tengas todo reluciente.
Uno de los trucos que existe para poder realizar el proceso con muy poco presupuesto requiere agua, lejía y un paño con el que frotar la pared. A esta mezcla inicial se le puede añadir un extra. Un par de cucharadas de pintura y ya está. Todo listo para comenzar a limpiar la pared.
La mezcla iene una textura líquida. Conviene empapar el paño, retirar el exceso de líquido y frotar la pared que se quiera limpiar. Los efectos se notan de inmediato. El líquido de la mezcla se adhiere a la pared y gracias al paño puede extenderse sin complicaciones.
Con un par de pasadas basta. Al principio el resultado parece que no va a ser el deseado y pueden seguir viéndose incluso algunas manchas o rayas . Sin embargo es cuestión de tiempo. Cuando la pared se seque se volverá totalmente blanca y no quedará ni rastro de la suciedad.
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Otra las ventajas de este truco es el efecto limpiador de la lejía. A diferencia de la pintura, la lejía aporta una limpieza extra con blancura y desinfección.
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