Se cree que está presente en la confianza, la empatía y la generación de vínculos.
Qué se sabe de la oxitocina, conocida como la "hormona del amor"
La oxitocina, también llamada "hormona del amor", no es puro cuento: se trata de una sustancia que el cerebro libera cuando nos enamoramos, cuando besamos o - en el caso de las mujeres - durante el parto.
Esta pequeña molécula producida en el sistema nervioso central se transfiera a la hipófisis, donde se almacena y secreta.
"Es una hormona y neurotransmisor fascinante porque tiene múltiples funciones. Por ejemplo, durante el parto genera las contracciones uterinas necesarias para el nacimiento del bebé y también interviene en la contracción de los conductos galactóforos durante la lactancia. También estaría vinculada con la memoria, el aprendizaje y nuestra respuesta frente al estrés", explicó la médica endocrinóloga María Victoria Ortuño al diario La Nación.
Todavía no se conocen todos los alcances de la oxitocina, aunque se sabe que su composición es similar a la de las proteínas y se cree que está presente en la confianza, la empatía y la generación de vínculos.
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El interés por esta sustancia comenzó en los años 90, época en la que los investigadores descubrieron que las mujeres que amamantaban estaban más tranquilas que aquellas que no lo hacían.
Pero esta participación en el vínculo entre una madre y sus hijos no es la única función de la oxitocina, ya que interviene también en los orgasmos, la fertilidad y las relaciones sociales.
Con las investigaciones actuales se sabe que la oxitocina cumple un rol muy importante a nivel neurológico, ya que regula los procesos relacionados con el afecto, tanto respecto a los hijos, como a la pareja, la comunicación y los estados de ánimo.
De hecho, se ha comprobado que al besar a nuestra pareja o abrazar a un ser querido el cerebro experimenta una "explosión" de esta sustancia.
La oxitocina está de moda
Ante esta buena fama que ha ido ganando, muchos comienzan a preguntarse cómo activar esta hormona.
Si bien los expertos aseguran que se puede producir oxitocina de manera artificial, no garantizan que vaya a funcionar. "Como posible todo es posible, pero enamorarnos depende de muchísimos otros factores", expresó el biólogo y neurocientífico Alejo Barbuzza al mencionado sitio.
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El spray nasal de oxitocina fue evaluado en algunos estudios para tratar trastornos depresivos graves, síndrome de estrés postraumático y trastorno de espectro autista, aunque los resultados todavía no son concluyentes.
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