Si tenemos un perro de 12 años, multiplicamos 12 por 7 y nos dice que nuestro perro sería un anciano de 84 años. ¿Esto correcto?
No es cierto que un año en los perros equivale a siete años humanos
Seguramente alguna vez escuchaste que para calcular la edad de un perro y obtener una comparación general con la de un humano, lo habitual es multiplicar la edad del perro por 7. Pero esto no es cierto.
Si tenemos un perro de 12 años, multiplicamos 12 por 7 y nos dice que nuestro perro sería un anciano de 84 años. Si bien esto tiene bastante sentido para las razas grandes, la cosa cambia con las razas más pequeñas.
De hecho algunas llegan a vivir un promedio de 16 años, por lo que eso serían 112 años humanos. De modo que algo falla. A la hora de calcular el envejecimiento de los perros nos encontramos con dos problemas.
El primero es que la esperanza de vida de los perros cambia mucho según su raza. Los perros grandes acusan un mayor desgaste, viviendo menos que los pequeños.
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El segundo problema es que los perros, al igual que el resto de animales, no envejecen al mismo ritmo desde que nacen hasta que mueren.
La edad biológica se refiere principalmente al estado de deterioro bioquímico de sus células, tejidos, sistemas y órganos. Es ahí donde entra en escena una ayuda valiosa: el reloj epigenético, una herramienta que permite medir el proceso de envejecimiento del organismo.
Conociendo los cambios producidos en el genoma de los perros, y comparándolo con el genoma humano, podemos saber cómo envejecen ellos, y cómo lo hacemos nosotros.
Un equipo de investigadores de la Universidad de California San Diego, propuso en 2019 una nueva forma de calcular cómo envejecen los perros en comparación con los humanos.
Para ello estudiaron un mecanismo epigenético llamado metilación del ADN. A medida que envejecemos, se agregan grupos metilo a las moléculas de ADN. Y hay genes que, al mutar, aceleran el proceso de envejecimiento.
Todos los perros comparten etapas de desarrollo, tanto fisiológicas como patológicas similares, que a su vez son parecidas a las de los humanos.
Sin embargo, para aumentar la probabilidad de encontrar factores genéticos relacionados con el envejecimiento, el equipo se centró en una sola raza: el labrador retriever.
Los investigadores analizaron los patrones de metilación del ADN en los genomas de 104 perros labradores de entre cuatro semanas y 16 años de edad. Su investigación reveló que los perros envejecen muy rápido hasta los dos años.
Eso explica que un perro de seis meses tenga una edad biológica similar a un humano de 20 años. Para nosotros será todavía un cachorro que no se queda quieto, pero su ADN nos indica que es todo un adulto, biológicamente hablando.
Nuestra fórmula popular (e incorrecta) habría dado 3,5 "años humanos" para el cachorro de seis meses.
Sin embargo, a pesar que en la pubertad va a toda velocidad, luego su envejecimiento se ralentiza. Tanto que si los 6 años del perro equivalieran a 60 años humanos, cuando nuestra mascota tenga 12 años, su ADN nos indicará que "sería" un humano de 70 años.
El perro tendrá el doble de edad, pero si fuera un humano habría cumplido solo 10 años más. Definitivamente, necesitamos otro método para calcular.
Según los datos de metilación, ciertas etapas de la vida de los perros y los humanos parecen coincidir muy de cerca. Por ejemplo, nuestro cachorro de 7 semanas es tan joven como un bebé humano de 9 meses. A ambos les empiezan a salir los dientes de leche.
Pero, en otras ocasiones, el proceso de envejecimiento no coincide, no es lineal. Para comparar de forma más precisa la edad en perros y humanos, los científicos diseñaron una fórmula no lineal que recurre a los logaritmos.
Para saber a cuántos años humanos equivalen los años de nuestro perro, calculamos el logaritmo natural de la edad del perro (x), lo multiplicamos por 16 y le sumamos 31.
La fórmula nos queda así:
16 ln(x) + 31
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