Ante un malestar estomacal, la solución no siempre está en la farmacia.
Santo remedio: la mejor infusión para tus problemas digestivos
Te diste un gustito y, quizás, te excediste un poco y no hay estómago que aguante. La buena noticia es que ante un malestar estomacal la solución no siempre está en la farmacia, sino que la podés tener mucho más cerca de lo que pensabas.
Algunos "remedios" los podemos preparar fácilmente en la comodidad de la casa. Para eso, es necesario conocer los ingredientes que podrían ayudarte con síntomas específicos.
La manzanilla, también muy utilizada en productos de belleza y cuidados, es además uno de los tés más famosos gracias a sus propiedades antiespasmódicas, anti-inflamatorias y calmantes.
Ventajas de la menta y la manzanilla
Según el sitio Gastrolab, esta infusión ha aliviado durante años malestares como la indigestión y demás problemas digestivos. Se usaba en antaño y aún se sigue usando como una de las hierbas más poderosas de la medicina tradicional. Sin embargo hoy día la podemos encontrar también en bolsitas de manzanilla en polvo y comercializada por diferentes marcas.
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Pero además de la manzanilla, también existe otra planta que es ligeramente menos común encontrar en el mercado y se trata de la menta. Esta planta llena de mística y que de acuerdo con algunos mitos griegos brotó después de la muerte de la única amante de Hades, Mentis, cuyo aroma es difícil de olvidar. Más allá de la leyenda y el mito, lo cierto es que la menta protagoniza gran cantidad de cocteles e infusiones.
El té de manzanilla con menta es un claro ejemplo, pues no sólo es sumamente relajante, para todo hiperactivo que lo beba, sino también, contribuye a eliminar la ansiedad por comer y mejora los procesos digestivos, porque la menta también tiene propiedades carmitativas y antiinflamatorias que lleva la digestión a buen puerto.
Ingredientes
-1 litro de agua
-1 taza de menta fresca
-2 bolsitas de té de manzanilla
-Miel de abejas o stevia para endulzar
-Hielo (Opcional)
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¿Cómo se prepara?
1.Poné el agua en un recipiente con la hojas de menta y machacalas con la cuchara para que la menta suelte sus aceites esenciales.
2.Herví por 5 minutos a fuego medio, bajo.
3.Agregá las bolsitas o ramitos de té de manzanilla y apagá.
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4.Tapá y dejá reposar por 5 minutos.
5.Si deseás tomarlo caliente, podés servirlo de inmediato.
6.Si en cambio lo preferís frío, dejalo refrescar totalmente y agregá cubos de hielo.
7.Endulzá con miel de abejas o stevia.
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