Todo lo que hay que tener en cuenta para poder disfrutar esta deliciosa infusión.
Los 10 trucos para que aprendas a preparar el mejor café en casa
Tomarse un café no es lo mismo que tomarse un buen café. Y es que hacerlo correctamente es todo un arte; lleva su tiempo, no es cuestión de calentar agua y mezclar.
Como dicen, no hay nada como tomarse un buen café, aunque también hay cosas peores que tomarse un café malo.
Para evitar que esto suceda, para que te de gusto consumir esta deliciosa bebida en casa y no tengas que salir para volver a amigarte con su sabor, seguí estos 10 consejos propuestos por el sitio Directo al Paladar.
Comprá un buen café natural
Las dos variedades más consumidas en el mundo son la arábica y la robusta. La primera contiene menos cafeína, por lo que el café resulta más suave; mientras que la segunda tiene más cuerpo, es más amarga y tiene más cafeína, por lo que su sabor es más fuerte.
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El que no conviene consumir es el café torrefacto (un verdadero crimen contra el café). No tiene más cafeína, como dicen, sino que es más fuerte porque se mezcla con azúcar, que al calentarse se carameliza y se quema, lo que destruye las cualidades del café.
Apostá por el café en grano
Los granos empiezan a perder propiedades a medida que son procesados, por lo que conviene molerlos en casa (si es manual, mucho mejor).
Si compramos un café que fue molido antes de tiempo, en pocos días habrá perdido parte de su aroma y de su cuerpo.
Buscá el café más fresco
Conviene que haya transcurrido poco tiempo desde que se cosechó, secó y transportó. Debe estar bien conservado además, no hay que comprar café que esté expuesto al aire o la luz.
El agua es importante
Es la base para que puedas preparar un buen café, por lo que importa que sea buena y que tenga la temperatura adecuada.
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En lo posible, usá agua mineral (o al menos agua que no sea dura). Fijate que no tenga olor extraño y que sea totalmente transparente. La temperatura debe ser constante; en los procesos manuales, se recomienda colocarla justo antes de que entre en ebullición.
Proporción agua-café
Tampoco es detalle menor y aquí ya depende de los gustos personales de cada uno. También tiene que ver con el tipo de cafetera que vamos a usar: con la italiana, se recomienda llenar de agua hasta la válvula por ejemplo.
La cantidad de agua es importante y no conviene pasarse porque el café va a perder cuerpo, sabor y aroma.
La taza
Inclinate por lo clásico: tazas para cafés espresso, ristretto o café solo, de color neutro (blanco en lo posible) para que no afecte la percepción psicológica del sabor.
El mejor material es la porcelana, ya que es resistente y conserva mejor el calor. El vidrio o cristal permite apreciar el contenido, pero pierde temperatura rápidamente.
La forma adecuada es la cónica, para que la infusión caiga delicadamente sobre la taza, sin salpicar.
Servir en el momento
Si se enfría y lo calentás, lo vas a arruinar. Esto lo podés hacer en casos de urgencia, pero no si lo que buscás es disfrutar de un buen café.
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La frescura es importante, por lo que no hay nada mejor que un café recién hecho para apreciar su aroma, sabor y cuerpo.
Mantenimiento y limpieza
A veces un café sale "feo" por la falta de limpieza de la cafetera o el descuido de la misma. No importa qué cafetera tengamos, siempre hay que tener en cuenta sus cuidados básicos.
Debemos limpiarla correctamente después de cada uso y con los productos adecuados. Si no lo hacemos, podría afectar el sabor de nuestro café.
Ojo con los agregados
Para apreciar las cualidades del café, lo mejor es degustarlo solo. Todo lo demás que agreguemos - leche, nata, licor, azúcar, miel - afecta su sabor.
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Los edulcorantes artificiales dejan un gusto metálico y estropean el café y la leche demasiado caliente puede "amargarlo", por ejemplo.
Conservar correctamente
Ya que conseguiste un buen café, está bueno prestar atención a su conservación. Primero que nada, no compres café de más: los paquetes de 250 gramos son ideales si son muchos en casa.
Buscá recipientes limpios, opacois, herméticos y sin aromas extraños para guardarlo. Conservá en la heladera, ya que el calor es muy dañino. Elegí frascos de buena calidad, con tapa hermética. Si no guardás en heladera, fijate que no le dé la luz solar.