Cada vez es más normal en personas jóvenes y sanas, como consecuencia del ritmo acelerado en el que vivimos.
Lagunas mentales, por qué ocurren y cuándo preocuparse
Las lagunas mentales son episodios en donde la memoria se ve afectada de tal forma que no nos permite acceder a un recuerdo predeterminado. Por más que nos esforcemos, no podemos recordar ese nombre, esa calle o ese dato específico que buscamos en nuestra mente durante un largo rato.
Es esa sensación de "lo tengo en la punta de la lengua", tan incómoda como también preocupante, ya que muchos se empiezan a preguntar si es un olvido del momento o si algo en la memoria está empezando a fallar.
Expertos señalan que el ritmo acelerado en el que vivimos, además del uso excesivo de las pantallas y la sobre estimulación que provoca el flujo constante de información pueden llegar a empeorar o aumentar la frecuencia de este estado.
En un artículo publicado por La Nación, el psicoanalista José Abadi explica que "los olvidos cotidianos se relacionan con una alta tensión emocional, mucha agitación y depresión".
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Se habla de un tema y se pasa a otro, por lo que la cabeza no puede focalizar una idea porque la energía está distribuida en distintos lugares al mismo tiempo.
Es preocupante que estas "lagunas" se generan en personas jóvenes y sanas, pero que llevan un ritmo de vida demasiado acelerado, que "viven en un estado de alerta permanente, sin foco en el presente".
La psicoanalista Andrea Viale plantea que el "síndrome del olvido" se da en personas demasiado exigentes y que se estresan por alcanzar a cumplir con todo lo que se proponen, que termina siendo demasiado.
Cómo ayudar a la memoria
1.Dormir bien: entre 7 y 8 horas es lo indicado. De esta manera, el cerebro tiene tiempo suficiente para procesar y trasladar la memoria desde el "almacén temporal" de corto plazo al "almacén permanente" de recuerdos.
2.Alimentarse bien: hay alimentos recomendados y que está comprobado que ayudan a la memoria. Pescado, aceite de oliva, palta, frutas y vegetales, nueces, legumbres y cereales son beneficiosos para el cerebro.
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3.Prestar más atención: es difícil concentrarse en algo cuando estamos haciendo muchas cosas al mismo tiempo. Prácticas como la meditación pueden ayudarnos a enfocarnos.
4.Hacer ejercicio físico: es importante para que se generen células en el hipocampo, área esencial para el aprendizaje y la memoria. Se recomienda al menos 30 minutos de ejercicio cinco veces con semana, alternado con prácticas como yoga.
5.Técnicas específicas: repetir en voz alta, pensar en cosas relacionadas o crear una imagen mental, ayuda. A la hora de estudiar, por ejemplo, volver a escribir es más eficaz que resaltar.
Por qué nos olvidamos
El desorden emocional, como la ansiedad o angustia, influye en la memoria de personas jóvenes y sanas. Estas emociones producen una "acción bloqueante" que interfiere en la fluidez del pensamiento, en la concentración y el recuerdo, afirman expertos en el mencionado artículo.
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A veces no se trata de un problema de memoria, sino de que la atención está puesta en otro lado.
También se hace mención al estrés, la falta de vitamina B12, el hipotiroidismo y los efectos secundarios de ciertas medicaciones.
Cuándo preocuparnos
Con el paso de los años, olvidar de manera ocasional ciertas cosas no debe ser motivo de preocupación, ya que disminuye la atención y la concentración. "Perderse" es más normal; pero si las lagunas mentales entorpecen el funcionamiento de las tareas o representan problemas en la comunicación, probablemente sea señal de una enfermedad de la función cognitiva.
Estudios recientes señalan que el nivel educativo, las actividades recreativas, el ejercicio y la genética son determinantes. Por eso es importante mantenerse activos física y socialmente para ayudar a disminuir los problemas de memoria.
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