Suave, refrescante y lleno de sabor. Descubrí por qué el cold brew es la bebida preferida de los amantes del café en el verano y cómo aporta más que solo energía.
La moda del café frío: el boom del cold brew y sus beneficios
En los últimos años, el café frío pasó de ser una alternativa ocasional del clásico espresso caliente, a convertirse en una verdadera tendencia mundial. El protagonista de este cambio es el cold brew, un método de preparación que implica la extracción lenta del café en agua fría durante varias horas.
Este proceso, aunque sea más largo, produce un sabor menos ácido y más suave que el café caliente, por lo que se vuelve una bebida ideal para disfrutar en días calurosos o como una opción diferente en cualquier época del año.
La historia de este tipo de café se remonta a la cultura japonesa del siglo XVII, donde se utilizaban métodos similares para elaborar café en frío. En la actualidad, el auge de las cafeterías especializadas y el interés por preparaciones más personalizadas llevaron esta bebida a la cima de las preferencias.
Además de su sabor único, el cold brew es elegido también por sus múltiples beneficios. Al tener una acidez más baja, es más amigable para el sistema digestivo, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes sufren de sensibilidad estomacal. Asimismo, su preparación casera es sencilla, económica y ofrece la posibilidad de experimentar con sabores y proporciones para obtener la taza perfecta.
¿Cómo se prepara el cold brew?
Según el sitio "Cafe Candelas", la forma de preparación es sencilla aunque lenta.
La preparación, consiste en infusionar el café molido con agua a temperatura ambiente durante unas 15, 20, y hasta 24 horas. Este proceso resalta las notas dulces y afrutadas del café, eliminando la amargura típica de otros métodos. Como medida se sugiere utilizar 100 gramos de café por cada litro de agua.
Cold brew vs. café helado: ¿en qué se diferencian?
Aunque ambos se disfrutan fríos, el café helado se elabora con café caliente que luego se enfría con hielo, lo que puede diluir su sabor. En cambio, el cold brew mantiene una consistencia más robusta y un perfil de sabor más equilibrado, ideal para consumir sin necesidad de azúcar o leche añadida.
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Ideas para personalizar tu cold brew
Desde agregar especias como canela o vainilla, hasta combinarlo con leche de almendra o coco, las posibilidades de personalización del cold brew son infinitas. Incluso se puede transformar en cócteles refrescantes al combinarlo con licores.