Son muchos los factores que determinan la cantidad y la frecuencia con las que debes aportarles agua. Las equivocaciones pueden hacer que tu planta se seque o pudra.
Regar las plantas: los errores que cometes y cómo evitarlos
Todo amante de las plantas, ya sean de interior o de exterior, se ha visto en la encrucijada de lidiar sobre cuál es la cantidad correcta de agua que le deben proporcionar a cada una de ellas.
Pero, lo cierto es que el problema no reside solamente en aportar una cantidad específica de agua distribuida en un cierto periodo de tiempo. Por lo que resulta imprescindible saber cómo y cuándo hacerlo de forma acertada.
Las equivocaciones más frecuentes
Olvidarte de regar
Esta es una equivocación que suelen cometer casi todos aquellos que se inician en el mundo de la jardinería y el impacto será mayor o menor en función de los días que pasen sin recibir agua.
Si el olvido es grande, para tratar de salvar las que están en maceta, si no se han secado del todo, sumérgelas en un recipiente con agua para que absorban toda la que necesiten. Cuando dejen de salir burbujas en el agua podrás sacar la maceta.
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Solución: Para evitar que se te vuelva a olvidar regar tus plantas, existen ciertas tácticas que puedes poner en práctica. Comienza por fijar un día concreto a la semana para regar con el objetivo de crear un hábito que te ayude a recordar ese trabajo. Así será más difícil que te despistes.
Las necesidades de agua de cada planta
No todas las plantas son iguales ni necesitan los mismos cuidados, y eso es así en cuanto a la luz, las temperaturas, el tipo de suelo y, por supuesto, el riego.
No todos los ejemplares requieren la misma cantidad de agua, de la misma manera y con la misma frecuencia.
Solución: es buena idea agrupar en el jardín o en la terraza plantas de especies con necesidades hídricas similares. Así podrás establecer pautas de riego y ahorrarás tiempo regando cada grupo de la forma adecuada.
No ajustar el riego a las circunstancias de cada momento
Son muchos los factores que determinan la cantidad y la frecuencia con las que debes aportarles agua: la estación del año y, por tanto, la temperatura ambiental, si lleva mucho tiempo sin llover o no, entre otras.
Solución: Además de aprender que cada planta tiene sus propias necesidades de riego, también es necesario darse cuenta de que determinadas situaciones modifican esos requerimientos de agua de las plantas.
Exceso de riego
Pasarse con el riego es mucho más común de lo que se piensa y, por desgracia, también mucho más perjudicial.
El exceso de agua hace que el sustrato se encharque y que las raíces de las plantas se asfixien. Además, favorece la aparición de hongos y provoca que el suelo o el sustrato de las macetas pierdan nutrientes. Un completo desastre.
Solución: Para tratar de salvar el ejemplar sácalo del tiesto y envuelve el cepellón en papel absorbente, cambiándolo cuando se empape. Es necesario dejar secar la planta y suspender los riegos durante un tiempo.
En caso de que hayan aparecido hongos por exceso de riego, lo mejor es emplear un fungicida adecuado. Añade también un abono líquido cada tres semanas para que el sustrato recupere su esencia.
Regar las plantas a mediodía
No es buena idea regar tu jardín cuando el sol esté ya alto en el cielo, al menos en verano. Si lo haces el agua se evaporará muy rápidamente por efecto del calor y no llegará a las raíces de las plantas, lo que será como no haber regado.
Solución: regar a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde
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