La miel es ideal para el tratamiento de las afecciones cutáneas y para mantener el buen estado de la piel en general.
Esto es todo lo que le puede aportar la miel a tu piel
Casi todos la tenemos en la despensa, y si bien la hemos considerado usar para aliviar la tos con un té, existen otras maneras de utilizar la miel, sobre todo en cuanto al cuidado de la piel.
La miel es ideal para el tratamiento de las afecciones cutáneas y para mantener el buen estado de la piel en general.
También se puede rehidratar la piel de forma duradera, y también repararla y favorecer la cicatrización cuando esta ha sufrido lesiones.
La miel también tiene asombrosos efectos antisépticos y antiinflamatorios.
Por ahora, las propiedades antibióticas de la miel han sido probadas científicamente en laboratorio (in vitro) y aún no en las personas.
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La composición exacta de la miel
- Un 17% de agua.
- Un 80% de azúcares simples (glucosa y fructosa).
- Un 3% de otras sustancias, entre ellas lípidos, proteínas, minerales como hierro, potasio, cobre, calcio, fósforo y magnesio, muchas vitaminas (A, B1, B2, C...) enzimas, aminoácidos y varios antibióticos naturales.
Cómo usarla
Debido a su textura, se utiliza sobre todo en forma de mascarilla o como ingrediente para bálsamos o cremas. Pero también actúa bien diluyéndola en aceites esenciales o cremas.
Mezclar 1 cucharada de miel semilíquida con 1 cucharadita de agua floral (azahar, lavanda, etc.).
Aplicar la mezcla con una brocha sobre el rostro limpio, dejar actuar 15 minutos y enjuagar con abundante agua.
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