Los huevos poché se cocinan en agua caliente y parecen fáciles de hacer, pero también tienen sus complicaciones.
El truco definitivo para hacer un excelente huevo poché
Los huevos poché o escalfados son una deliciosa y saludable opción para cualquier comida del día. No sólo tienen una poderosa versatilidad para incorporarlos a distintas recetas sino que también tienen un alto contenido proteico, son ricos en vitaminas y minerales y cuentan con un bajo contenido de calorías y grasas.
Se cocinan en agua caliente -casi hirviendo- y parecen fáciles de hacer, pero requieren de una buena técnica para conseguir un excelente resultado. En este sentido, especialistas recomiendan un truco infalible para alcanzar un resultado apropiado.
El truco definitivo para hacer huevo poché
La técnica del escalfado consiste en cocinar un producto dentro de un líquido caliente, generalmente agua, que no supere los 80ºC, es decir, que no llegue a hervir pero que esté muy cerca de hacerlo (la temperatura de ebullición del agua es de 100ºC).
En el caso del huevo, la cocción se debe realizar en abundante líquido y en una cacerola al fuego y el truco infalible es agregar una buena cantidad de vinagre al agua para que ayuda a coagular la clara del huevo rápidamente y evitar que se desparrame por la cacerola.
En este sentido, se recomienda que la proporción correcta sea de 10% de vinagre por 100% de agua. Además, se aconseja no añadir sal al agua y guardar este paso para el emplatado final.
De esta manera, la receta para hacer huevos poché es más que sencilla. Ponemos el agua a hervir junto con el vinagre y, cuando alcance el punto de ebullición, retiramos la cacerola del fuego. Rompemos un huevo en un taza y lo introducimos en el agua caliente.
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Luego Tapamos la cacerola y dejamos que el huevo se cocine durante 3 minutos. Transcurrido este tiempo la clara ya habrá cuajado y la yema estará líquida. En este sentido, es muy importante usar huevos frescos porque la clara de estos es más compacta y se mantiene unida.
Por último, retiramos el huevo escalfado con ayuda de una espumadera y lo refrescamos inmediatamente para cortar la cocción. De esta manera, sólo quedará disfrutarlo arriba de una tostada o incorporarlo a cualquier menú que se nos ocurra oportuno.
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