El psicologo Alejandro Schujman define así a las personas cerradas a la posibilidad de volver a formar una pareja por el miedo al dolor vivido en relaciones anteriores.
El "síndrome del erizo" en el amor, ¿qué es y como superarlo?
"Me fui para adentro, no pude volver a confiar en nadie. Solo en mí. Me volví más parca, hermética. Soy una estratega del amor. Pienso siempre antes de decir, antes de hacer. Pienso, pienso y no siento, me siento anestesiada."
Por amor se sufre, ¿o hay alguien persona que no haya experimentado padecimiento en las cosas del amor. En ese ambito se vive, se vibra y se navega la tristeza también.
En la película francesa "La elegancia del Erizo", la protagonista Paloma entra en la vida de Madame Michel, quien vivía encerrada entre sus libros con vaya uno a saber qué dolorosa y extraño pasado.
Después de un tiempo, las cosas cambian para Mme. Michel y Paloma dice: "Ella finalmente está dispuesta a enamorarse". Y la describe: "La señora Michel tiene la elegancia del erizo: está cubierta de púas por fuera, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalitos tremendamente solitarios, falsamente indolentes,y terriblemente elegantes."
¡Cuántas personas son sensibles pero pinchan! Se defienden, pero allí debajo de la cáscara y los mecanismos de defensa, esperan ansiosos los deseos de volver a entregarse al amor.
Se habla entonces metáforicamente, del "síndrome del erizo". Personas sensibles que disimulan, que durante su vida han debido sobreadaptarse porque a lo largo de su historia han respondido a mandatos culturales y familiares del estilo de: "No debo dar problemas, molestar, pedir ayuda, tengo que arreglármelas por las mías".
Ese tipo de perfiles de personas son propensas a manifestar estas características de "síndrome de erizo".
Es difícil animarse al amor y más cuando los mandatos de infancia y adolescencia tienen que ver con soportar los problemas de los demás y olvidar los de uno mismo, las cosas se complican para imaginar un camino de a dos.
Las personas que han sido heridos de amor o por amor y se prometieron no volver a pasar por lo mismo, lo que está muy bien, siempre y cuando no se priven de abrir las emociones al mundo exterior.
¿Cómo son los "erizos"?
Son amorosos con los demás, pero reacios a comunicar sus emociones muy poco dispuestos a volver a enamorarse, porque entonces quedan expuestos al sufrimiento y los mecanismos de defensa desarmados.
El mejor tratamiento es volver a confiar y simplemente elaborar para no repetir.
Las gotas para no sufrir la soledad
Agradezco a mi amiga la doctora Débora Serebrinsky, quien me regaló la traducción de un cuento corto de Etgar Keret:
"Una mujer escucha la noticia en Estados Unidos: alguien inventó unas gotas que hacen que no te sientas solo. La mujer le escribe una carta urgente a su hermana para que le compre un cargamento y se lo envíe inmediatamente por correo internacional. Después le explica a su novio lo que oyó en la radio: las gotas te las echás en el oído y al cabo de 20 minutos dejás de sentirte solo. Actúan químicamente sobre no sé qué zona del cerebro. Para ella, esta es una gran solución, porque siempre está pensando que su novio le va ser infiel. Aunque él la ama con locura ella le dice que cuando lleguen las gotas lo va a cortar porque ya no le va dar miedo estar sola: las gotas de los oídos nunca le serán infieles."
Una mala y una buena noticia, la mala, no existen tales gotas, es solo un bello cuento y la buena es que el remedio está dentro de nosotros.
La vacuna para el síndrome
Uno elige, no es el azar o la suerte, sos vos. Si se entiende lo que vivimos, algo distinto haremos con eso, la repetición es el resultado de no saber los motivos por lo que pasa lo que nos pasa, pero en la vida no funciona así.
Elegimos desde nuestros fracasos y victorias, desde nuestra sabiduría o desde la ignorancia, desde la culpa o desde el deseo, desde el castigo autoimpuesto o las ansias de ser feliz. Elegimos siempre.
Y la vacuna para superar el síndrome del erizo es ir lentamente derribando las murallas que nos protegen del sufrimiento. Porque esas son las que nos aislan del amor y del vivir.
No podemos andar mezquinando el amor, porque nos fue mal, porque arrastramos mandatos que no son nuestros, o porque hemos fracasado, amemos y vivamos sin miedo, la vida es larga pero no tanto, explotemos de amor, que no viviremos para siempre.
Los seres humanos tenemos esa hermosa capacidad de amar y sr amados, de emocionarnos, conmovernos. Vibrar alto y eso ocurre a cualquier edad, jamás de los jamases es tarde, siempre se está a tiempo de volver a empezar si de amar se trata.
Las historias de amor pueden durar horas, un día, una semana, un mes, un año, o toda la vida. Más allá del tiempo físico, lo esencial es que a la hora de elegir con quien andar el camino del querer es fundamental que no permitas de ninguna manera, transitar senderos en donde te maltraten, que la mentira sea parte de la relación.
Elegír bien con quien vas a compartir el tiempo que sea que compartas cuando de amar se trata es fundamental, elegí desde la convicción de que uno se merece lo mejor.
Una relación es sana cuando los pilares son el dialogo, el disfrute y la confianza Estos tres se construyen y para que esto sea posible hay que animarse a tomar riesgos.
El erizo esta cómodo siendo erizo, es absoluta zona de confort estar en ese lugar. Estar solo puede ser fantástico pero si se está en calma.
Pero igual de fantástico puede ser disfrutar de la compañía y del amor, y hablo de parejas, de hijos, de amigos, del amor en general. Amar y ser amado, cuando se puede disfrutar de a dos vale la pena intentar el desafío.
Invito a todos los erizos a bajar las púas tomando esos recaudos, a vivir la aventura de sentir que están vivos, que este no es el ensayo, es la obra, y que solo se trata, ni más ni menos que de animarse a la aventura.
*Alejandro Schujman es psicólogo especializado en familias. Autor de,Generación Ni-Ni, No huyo, solo vuelo: El arte de soltar a los hijos, Es no porque yo lo digo y Herramientas para padres.?