Una investigación reveló la relación que tiene cuerpo con ciertas frecuencias.
El irresistible ritmo que provoca la necesidad de bailar
Salir a bailar es un atractivo plan para desconectarnos, por un momento, de la rutina diaria. La música penetra en nuestro oídos para motivar este movimiento.
Esta especial relación que tenemos con nuestros ritmos favoritos tiene una explicación muy profunda por parte de la ciencia.
Una investigación de la Universidad McMaster, en Canadá, encontró que las personas pueden bailar hasta un 12% más cuando predominan las bajas frecuencias o se sube el volumen del bajo.
Bailar siempre es un atractivo plan para desconectarnos de la rutina
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Expertos encendieron y apagaron intermitentemente los parlantes que emitían los sonidos del bajo, un instrumento que es considerado el pulso de la música. Científicos convocaron a 60 personas que asistieron a un concierto de música electrónica y les colocaron cintas en sus cabezas en pos de monitorear sus movimientos de baile.
El neurocientífico David Cameron, uno de los autores del estudio, explicó que "las personas no detectaban cundo ocurrían los cambios del bajo, pero estaban impulsando sus movimientos mientras eso sucedió". "Suelen ser los instrumentos de baja frecuencia, los que le dan el pulso a la música y, así, los humanos se mueven", explicó.
El bajo estimula los sistemas sensoriales del cuerpo y el sistema vestibular u oído interno.
Según un informe de Infobae, Marisol Matalia, Licenciada en Musicoterapia por la UBA observó los resultados y explicó que "dentro de la musicoterapia vibroacústica se ha estudiado que las frecuencias bajas son aqullas que inducen a una mayor relajación. Al permitirnos predecir lo que va a venir, no nos genera tensión ni sobresaltos. Esto está relacionado con el entrainment, que es la capacidad que tiene nuestro organismo de sincronizar con el estímulo rítmico externo".
Música para sanar
Así como las canciones- y especialmente los bajos, nos hacen bailar, también nos pueden salvar de los peores momentos. "A algunas personas que ha vivido traumas les genera una conexión para salir del estrés; porque el ritmo empieza a reestablecer el funcionamiento más calmado del sistema nervioso empático.
Los sonidos de frecuencias bajas están relacionados con el pulso humano e impulsan el movimiento
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