Dormir con tu perro ¿es bueno o malo según la ciencia?

Cada vez más personas comparten la cama con su mascota, ¿qué dice la ciencia al respecto?

Dormir con tu perro ¿es bueno o malo según la ciencia?

Por: Mendoza Post

Dormir con el perro es una costumbre que crece en todo el mundo. Ya no se trata solo de un acto de cariño: muchos lo consideran parte del vínculo afectivo con su mascota. Pero, ¿es saludable?, ¿afecta el descanso?, ¿puede causar problemas de conducta en el animal?

Aunque parezca un simple hábito, la ciencia ya tiene respuestas claras.   

 Beneficios emocionales y psicológicos: más allá del cariño 

Dormir con un perro no es solo una muestra de afecto: puede tener efectos reales en la salud mental. Investigaciones publicadas por la Universidad de Alberta (Canadá) y la Universidad de Concordia (Canadá) encontraron que la presencia de una mascota en la cama reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y favorece la producción de oxitocina, conocida como la "hormona del amor".

Esto se traduce en una menor activación del sistema nervioso simpático, lo que ayuda a que el cuerpo entre en un estado de mayor relajación antes de dormir. En personas que viven solas, que han atravesado duelos o situaciones traumáticas, el contacto físico con el animal durante la noche puede generar una sensación de compañía emocional tan fuerte como la que produciría otro ser humano.

Además, un estudio del Human-Animal Bond Research Institute reveló que más del 74% de los dueños de mascotas que duermen con sus perros reportaron sentirse más tranquilos y protegidos, y muchos afirmaron que sus episodios de insomnio o pensamientos intrusivos se redujeron significativamente.

En términos de rutina, el hecho de acostarse con el perro y repetir esa secuencia noche tras noche genera un anclaje emocional. Para algunos, esto se convierte en un ritual que disminuye la ansiedad anticipatoria del sueño.

Pero cuidado: también puede afectar tu salud o la de tu perro

Dormir con tu perro no siempre es recomendable. Estas son algunas situaciones donde los expertos lo desaconsejan:

Alérgicos o asmáticos: el pelaje, los ácaros o incluso las partículas de saliva pueden agravar los síntomas.

Mascotas con problemas de conducta: dormir en la cama puede reforzar comportamientos dominantes o ansiosos.

Sueño interrumpido: si tu perro se mueve mucho, ronca o cambia de posición constantemente, tu descanso puede verse alterado.

Según la Asociación Americana de Medicina Veterinaria, los perros deben tener límites claros para evitar que el exceso de apego derive en ansiedad por separación.

 ¿Qué recomienda la mayoría de los veterinarios? 

La mayoría coincide en esto: no está mal dormir con tu perro, siempre que esté sano, vacunado y tenga un comportamiento equilibrado.

 "Mientras que algunos perros se adaptan bien a dormir con sus dueños, otros pueden desarrollar comportamientos de apego excesivo. Es fundamental observar si esta práctica interfiere en su autonomía o en el descanso del tutor", señala la etóloga Zazie Todd, autora del libro "Wag: The Science of Making Your Dog Happy".

Consejos clave para dormir con tu perro sin arruinar el descanso  

 Dormir con tu perro puede ser una experiencia hermosa... o una pesadilla de patas y ronquidos, según cómo lo gestiones. Para que el vínculo no se transforme en una lucha por el espacio (o el sueño), estos son algunos consejos respaldados por expertos en comportamiento animal:

1. Que llegue a la cama cansado y relajado

Un perro que no gastó energía durante el día probablemente se despierte a mitad de la noche, ladre ante cualquier ruido o te moleste para jugar. Lo ideal es que tenga una rutina de actividad física (paseos, juegos, entrenamiento mental) al menos dos horas antes de dormir. Eso le permite liberar tensiones y entrar en un estado más propicio para descansar.

2. Designale su espacio (aunque comparta la cama)

Si decidís que duerma contigo, usá una manta o sábana exclusiva para él. Esto no solo protege la cama, sino que marca un territorio claro para el perro dentro de ese espacio. De esta manera, se reduce la probabilidad de que invada toda la cama o se sienta con "derecho" a moverse libremente. 

 3. Poné límites sin culpa

 Está perfecto querer mimarlo, pero si tu perro te empuja, ocupa media cama o interrumpe tu sueño constantemente, no es egoísta poner un límite. Podés dejar que duerma en su propia cama, al lado tuyo. Lo importante es que él entienda que el descanso de ambos importa. 

 4. Prestá atención a los signos de ansiedad nocturna

 Si llora, se desespera cuando te levantás o no puede dormir solo, consultá a un veterinario o etólogo. A veces, permitir que duerma en la cama solo refuerza un estado de ansiedad por separación que, a largo plazo, perjudica su bienestar emocional.

 Conclusión: dormir con tu perro puede ser positivo, pero no es para todos 

Si dormís mejor, te sentís acompañado y tu perro está feliz, adelante. Pero si tu descanso empeora, o el perro depende cada vez más de vos para poder dormir, es hora de replantearlo.

Como todo en la convivencia con mascotas, el equilibrio y el respeto mutuo son clave.

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