Científicos lo relacionaron con el gen del estrés. Dos mutaciones habrían hecho que perdieran el miedo al hombre.
Descubren el gen detrás de la domesticación de los perros
Científicos hicieron una investigación para descubrir cómo el ser humano llegó a domesticar al perro hace miles de años. El animal conocido como "el mejor amigo del hombre" es en la actualidad la mascota más común en cualquier casa, pero no siempre fue así. El estudio apunta a un gen en particular que estaría detrás de la domesticación del perro.
Un equipo de investigación de la Universidad de Azabu, en Japón, investigó el origen de la misma, que data de unos 10 mil años atrás.
"El perro mira a los ojos para entender lo que queremos", explicó Lluís Ferrer, profesor del Departamento de Medicina y Cirugía Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona. "Hay un caso, publicado en Science en 2004, de un border collie que entendía hasta 800 palabras humanas", señala el catedrático, y pregunta: "¿Cuántas palabras de un perro podemos entender nosotros?".
En la investigación, los científicos buscaron la comprobación de un cambio genético que explicara la relación entre seres humanos y perros, según reveló el portal El Español.
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Cómo fue el experimento
Con 624 perros de diferentes razas, los investigadores dividieron aquellas más antiguas o cercanas al lobo, como los huskys siberianos o los akita, de otras más modernas como el terrier o el bichón.
A ambos grupos les plantearon dos pruebas. En una, los investigadores ponían al revés dos cuencos, uno de ellos con comida, y el perro tenía que adivinar dónde estaba esta a través de pistas como la mirada, señalar con el dedo o golpecitos para medir el entendimiento de los gestos y la comunicación. En esta prueba apenas hubo diferencias entre los dos grupos.
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En la siguiente prueba, los animales tenían que abrir un contenedor para conseguir la comida. Aquí los investigadores observaron que las razas modernas les miraban más en busca de pistas, sugiriendo un mayor vínculo comunicativo.
Una vez comprobada esta diferencia, buscaron si había una base genética para ello. Tenían cuatro genes candidatos, relacionados con comportamientos sociales en humanos, y uno de ellos terminó siendo el indicado. Se trataba de dos mutaciones en el gen del receptor de la melanocortina 2, abreviado MC2R, implicado en la producción de cortisol, hormona relacionada con la respuesta al estrés.
Los autores del estudio sostienen que una reducción de los niveles de cortisol pudo facilitar las capacidades sociales y cognitivas de los perros al reducir su respuesta de miedo hacia los humanos. Sin embargo, esta explicación no les convence del todo y creen que la oxitocina también juega un papel.
"Hay gente que opina que fueron los lobos los que quisieron domesticarse, el paso inicial lo habrían dado ellos", agrega Lluís Ferrer. Se trata de una curiosidad hacia los humanos que, por ejemplo, no la tienen nuestros parientes más cercanos, los primates, que, además, "tienen un comportamiento más individual" para poder ser domesticados.
"Lo vemos todo centrado en los humanos, pero no tiene por qué ser así", sostiene. Después de todo, han sido los perros los que se han esforzado por 'aprender' el lenguaje humano observando nuestros rasgos, mientras que nosotros no hemos avanzado tanto en sentido contrario. "Que me hicieran un test de olfato a mí, a ver lo listo que puedo ser en comparación con un perro", concluye con humor.