Tener la casa bonita siempre da gusto, pero lleva su tiempo. Los mejores consejos para que te quede impecable.
Diez imperdibles trucos para decorar tu casa
La decoración es cuestión de gusto, pero también de poner en práctica algunos trucos. El sitio Mi Casa propone diez claves para que aciertes y tu casa siempre esté bonita.
La sencillez: es más fácil acertar en la decoración cuando los muebles básicos -en el caso del salón, el sofá, la mesa de centro o el aparador- son piezas de diseño sencillo. Un sofá con tapicería lisa es más agradecido que uno estampado, ya que podrás elegir los cojines sin temor a que los motivos no encajen entre sí.
Un sofá con tapicería clara ofrece más posibilidades que una de color llamativo (rosa, naranja, verde), ya que podrás añadir a tu salón una butaca o una alfombra en un tono intenso sin preguntarte si combinará. El color menos problemático para el sofá, sin duda, es el blanco, seguido del gris claro. Un aparador o una mesa de centro discretos -de líneas sencillas- te dejarán libertad para añadir muebles de cualquier estilo en el futuro sin necesidad de cambiar toda la decoración. Las apuestas seguras: muebles sin adornos, con diseños básicos. ¿Qué acabados resultan más fáciles de combinar? El color blanco y las maderas claras, como roble o haya.
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Buscá la luz: Una habitación oscura parece más pequeña. Además, la falta de luz hace que incluso los detalles en tonos vivos resulten apagados y tristes. Aunque no tengas un ventanal de suelo a techo, existen trucos para lograr que un ambiente parezca más luminoso.
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Pintá el techo y al menos tres paredes en color blanco: reflejan la luz natural y la multiplican; vestí la ventana con una cortina o un estor blanco. La idea es que maticen la luminosidad, no que la corten el paso; si el suelo es oscuro, buscá alfombras claras que lo iluminen. Si tienen textura (lana, pelo largo, fibras), lograrás que el ambiente, además de luminoso, resulte acogedor y cálido.
Analizá centímetro a centímetro: Cuando imaginamos cómo decorar una habitación, tendemos a pensar dónde poner cada cosa, pero el espacio visual no es lo mismo que el espacio real. Antes de comprar cualquier mueble, acercate a las paredes y miralas con atención.
¿Hay algún radiador? Entonces no podrás colocar el sofá o el aparador, ya que quedarán alejados de la pared. Cualquier mueble deberá comenzar justo a continuación del radiador.
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¿Dónde está la entrada del teléfono o de la antena de tv? Su presencia condicionará la distribución, ya que tu televisor (y el mueble sobre el que piensas colocarla) debería quedar junto a la toma de la antena
Cualquier irregularidad de la pared te impedirá adosar a ella una librería, ya que el espacio que quedará detrás resulta muy antiestético. ¿La solución? Replantéate la distribución de nuevo o encarga muebles a medida.
Las tendencias, con moderación: A todos nos gusta tener nuestra casa a la moda, pero... ¿realmente querés cambiar de sofá o de mesa de comedor cada dos por tres? Para evitarlo, limita la decoración "de tendencia" a complementos que se puedan sustituir sin alterar las piezas clave de la decoración.
Los mejores candidatos para tener una casa fashion sin quebraderos de cabeza (ni de bolsillo) son jarrones, cojines y la decoración de pared: cuadros, letras, guirnaldas, falsos trofeos.
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Los papeles, de uno en uno: el papel pintado crea una sensación de intimidad que se traduce en un ambiente acogedor. Pero, a menos que el espacio sea muy amplio, una habitación empapelada por completo corre el riesgo de parecer saturada.
Dosificá el papel y limitalo a una sola pared: el efecto sorpresa resultará muy decorativo y lograrás dar sensación de profundidad a la pared sobre la que lo coloques.
Estudiá puertas y ventanas: observá hacia dónde abren, porque quizá condicionen la decoración cuando ya sea irreparable. Las cortinas quedan preciosas, pero si queréss abrir la ventana sin tener que subirlos por completo, deberás tener un modelo con hojas correderas.
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Analizá la distribución del cuarto de baño. Si el espacio es reducido, el recorrido de la puerta quizá te impida colocar un armario o añadir un sanitario más. Y lo mismo puede suceder con cualquier otra habitación de la casa.
Hacer pruebas antes de colgar: la decoración de la pared es algo más compleja de lo que parece. Cuando combinás varios cuadros o fotografías, es importante que mantengan un equilibrio entre ellos para que la composición resulte armónica.
Para que no te arrepientas ni llenes de agujeros inútiles la pared, el truco consiste en colocar en el suelo los cuadros y probar todas las composiciones hasta que des con la que más te guste. Cuando la traslades a la pared, lo harás a tiro hecho.
Ningún mueble debe estar solo: fijate en la imagen (abajo). Ahora tapá con la mano el cuadro y los jarrones colocados sobre el aparador, para eliminarlos visualmente. Una casa bien decorada no es sólo aquella que incluye muebles vistosos, sino la que añade un plus de estética con pequeños detalles. No es cuestión de abarrotar la superficie, basta con un complemento para que ningún mueble quede "desnudo".
Los recursos que siempre tienen éxito son: en el caso de una mesa auxiliar, una lámpara, lo ideal es que su base sea pequeña para que no ocupe toda la superficie, como un flexo.
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Sobre una mesa de centro: en un extremo, un libro tamaño A4 con una portada vistosa (los de arte y viajes suelen ser muy decorativos); y en el extremo opuesto, un jarrón de tamaño medio (los que superan los 25 cm de altura son más difíciles de integrar).
En un aparador bajo, aplicá el mismo criterio que para la mesa de centro, pero coloca un par de jarrones en lugar de uno solo.
Sobre un aparador alto, como el de la imagen, colocá una composición de jarrones de tamaño medio (dos o tres, con alturas escalonadas) o un par de velas.
Unidos por un sutil hilo de color: es un recurso sencillo que tiene resultados muy atractivos. Consiste en tomar como referencia un color del ambiente y añadir un par de detalles más en el mismo tono. Evitá incluir a muebles: así, cuando te canses del color elegido, podrás variar sin alterar el resto de la decoración.
En el salón, elegí un almohadón (en este caso, el diseño con rayas rosas); buscá un plaid a tono (no hace falta que sea idéntico, pero sí que esté dentro de la misma gama) y añadí una flor entonada (puedes colocarla en la mesa de centro o sobre el mueble del televisor).
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En el dormitorio podés repetir el mismo juego con un almohadón y una mantita doblada a los pies de la cama.
Copiá ideas que te gusten: ojeá revistas, navegá en las redes, buscá fotos inspiradoras en Pinterest. Recortá e imprimí aquellas que más te gusten para hacer tu propio cuaderno de decoración en casa.
Los mejores interioristas exponen sus ideas, así que ¿por qué no las copiás? Tendrás la garantía de que funcionan. Y no tengas prisa. Decorar con acierto es una buena meta, pero lo importante es disfrutar y deleitarte hasta que llegas a ella.