Un grupo de fanáticos definieron que la jornada del 3 de mayo se la honraría, por ocupar siempre.
Día de la milanesa: historia y consejos para que te queden perfectas
Con papas y coronada con dos huevos fritos es una de las históricas formas de consumo, que pueden ser de carne, de pollo, pescado, vegetarianas, veganas, etc. La milanesa para los argentinos es, sin duda alguna, uno de los estandartes gastronómicos a nivel nacional y de los pocas preparaciones sobre los cuáles no existe "grieta" alguna.
Historia
En el siglo XVI, el maestro cocinero Bartolomeo Scappi descubrió que al rebozar la carne y freírla por un corto período de tiempo, su sabor mejoraba. De esa manera, fue registrado en su libro de cocina Opera dell'Arte di Cucinare (1570).
La milanesa haría su desembarco en Sudamérica a fines del siglo XIX con la ola de inmigrantes italianos, quienes adoptaron para ese entonces la variante siciliana, llamada cotoletta a la messinese, y compuesta por pan rallado, ajo, perejil y huevo y que se fríe.
La napolitana surgió de un afortunado accidente gastronómico: a un cocinero se le quemó una entrega de milanesas. Para poder disimular el incidente, procedió a cubrirlas con salsa de tomate y queso mozzarella sobrante, como si se tratara de una pizza.
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Consejos para que te salgan riquísimas:
Carne: Se deben elegir los mejores cortes, tales como peceto, bola de lomo, nalga o cuadrada, porque son tiernos y tienen una menor proporción de nervios.
Tamaño: Este aspecto es fundamental para lograr una cocción pareja. También, hay que tratar que el espesor de la carne sea de unos 6 milímetros, para que la relación con el pan rallado sea la ideal.
Pan rallado: no comprar el industrial que venden en los súper, sino directamente comprar el pan rallado de panadería. Es importante que esté rallado finito.
Marinada: la proporción ideal, para preparar 8 milanesas consiste en mezclar en un bowl 2 huevos batidos con una cucharada de perejil fresco picado, un diente de ajo picado, unas gotitas de limón para tiernizar la carne, sal y pimienta a gusto. Para que la carne se impregne mejor, hay introducirla en la marinada y dejarla descansar en la heladera durante por lo menos media hora.
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Aceite: no se necesita un litro de aceite mezcla o de girasol para freír las milanesas; con que la cantidad que se use sea del grosor de la milanesa (sin que la cubra) alcanza, siempre que se cocinen vuelta y vuelta. Entre la cocción de cada una de las milanesas, se deben sacar los restos de pan rallado que queden en la sartén, para evitar que se quemen y afecten el sabor de las milanesas.
Temperatura: calentar el aceite a 180° para que las milanesas salgan ni muy grasosas, ni tampoco quemadas. El secreto para saber si la temperatura es la correcta es tirando un pedacito de pan en la sartén, y si sube rápido y se tuesta en 30 segundos, es señal de que está listo.