En la nota te contamos todos los detalles para que elijas una pieza que no desprenda sustancias tóxicas y que conozcas cuales son los mejores materiales que se usan en la actualidad.
Este es el sartén más saludable que podes tener en tu cocina
Elegir una sartén práctico, duradero y que no desprende sustancias tóxicas puede ser complicado si no se conocen los materiales de las que están hechos hoy.
Antiguamente, si querías comprar una sartén, lo tenías muy fácil: sólo se valoraba si era antiadherente o no y si el tamaño era el adecuado para el uso que le queríamos dar. Hoy en día, sin embargo, hemos entrado en una etapa que se caracteriza por una gran cantidad de nuevos materiales, por el nivel de toxicidad o atoxicidad de la sartén, por las "auditorías" realizadas a los fabricantes, e incluso por la exigencia de transparencia de los elementos que las componen. A raíz de esto, podemos elaborar 6 criterios diferentes:
1- Su comodidad de uso
2- De qué está hecho el revestimiento
3- Su nivel de adherencia
4- El material debajo del revestimiento que puede entrar en contacto con nuestros alimentos
Ver: Claves para descongelar el pan y quede como recién hecho
5- Si son aptas para todo tipo de fuegos
6- Cuál es su presupuesto
Siete tipos de materiales que se utilizan para elaborar sartenes
1- Hierro
2-Aluminio
3- Titanio 100%
4- Acero inoxidable
5- Cerámica
6- Vidrio
7- Antiadherente clásico
8- Antiadherente con titanio
¿Cuál es la sartén que más se ajusta a tus necesidades?
Si combinamos todas las posibilidades que acabamos de ver, podemos dar con la sartén perfecta más fácilmente, aquella que se ajusta exactamente a nuestras circunstancias y necesidades:
Sartenes de titanio: están marcando una nueva era, ya que, entre otras cosas, son atóxicas, muy duraderas, hipoalergénicas y difunden muy bien el calor. A la hora de comprarlas, para asegurarnos de que sean 100% titanio, han de ser de color brillante-mate, ya que existen otras sartenes de color negro en las que el titanio forma parte de la composición.
Sartenes y ollas de vidrio: el vidrio es inocuo, estable y apto para todo tipo de fuegos, salvo la inducción. Pese a todo, les sucede lo mismo que a las de acero, y es que no son antiadherentes.
Sartenes de acero inoxidable: Se trata de una aleación de hierro con carbono y una pequeña proporción de metales pesados que, pese a ser un material bastante estable, puede liberar pequeñas cantidades de iones metálicos a la comida, especialmente si está rallado o si se cocinan alimentos ácidos. De entre los aceros inoxidables, los más seguros son el acero 18/10, el acero quirúrgico (T-304) y el acero con titanio.
Sartenes de aluminio: Este material no es muy recomendado ya que existe cierto riesgo de que las sales del aluminio se puedan transferir a nuestra comida. No obstante, el aluminio anodizado, que es más resistente y menos poroso, o el aluminio forjado, que es muy grueso, sí que están recomendados.
Sartenes de cerámica: Estas sartenes, que a menudo son de color blanco, ofrecen una superficie más segura y también antiadherente. Sin embargo, existe gran variedad en el mercado, por lo que conviene prestar atención a la calidad: las de la gama más económica se deterioran rápido y pueden contener nanopartículas y disolventes nocivos para la salud, mientras que las buenas sartenes deben estar certificadas sin metales pesados, PFOA ni nanotecnología.
Sartenes de granito: Hay que tener cuidado a la hora de comprar sartenes "a la piedra" o "granito", ya que en realidad se trata de sartenes termocerámicas teñidas, y por ende tienen los mismos inconvenientes que éstas. Por otro lado, las sartenes de color metal brillante y que dicen ser de titanio, a menudo contienen sólo un porcentaje de éste, por lo que conviene asegurarse antes de comprarlas.
Sartenes de hierro: Las sartenes de hierro difunden muy bien el calor y son perfectas para saltear o cocinar a la plancha, además de ser muy resistentes y duraderas. Sin embargo, pueden ser muy incómodas de usar por su peso y requieren de un mayor cuidado para que no se oxiden. Por otro lado, no son antiadherentes. Existen dos tipos principales: las de hierro mineral y las de hierro fundido o colado, que son más gruesas y pueden incorporar esmaltados que evitan que se oxiden.
Sartenes de teflón: Las sartenes de teflón fueron en su día el colmo de la modernidad gracias a su poder antiadherente, pero escondían un secreto: a pesar de que el antiadherente en sí era seguro, la sustancia que unía el antiadherente a la sartén no lo era. Se trataba en realidad de PFOA, un material que puede ser nocivo para la salud, ya que se acumula en los riñones e hígado, daña el sistema inmunitario y puede ser un factor agravante de la obesidad y otros trastornos.
Evita a las sartenes de plomo y cobre: El plomo es un material altamente tóxico que se acumula en el organismo, mientras que el cobre, a pesar de que queda precioso en la cocina como elemento decorativo, no es muy apto para cocinar ya que puede contener estaño o níquel y altos niveles de toxicidad para el cuerpo.
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