Desde la psicología aconsejan darle al conflicto la importancia real que tiene y no "ahogarse en un vaso de agua".
Consejos para relativizar los problemas, avanzar y vivir mejor
Suele pasar que, con los problemas de la vida cotidiana, nos ahogamos en un vaso de agua, como se suele decir. Quizás estos conflictos comienzan como algo pequeño, pero terminan siendo un mundo para quien los padece.
Desde la psicología aconsejan "relativizar" estas circunstancias para lograr ser felices y poder avanzar: darle al problema la importancia real que tiene y no la que le queremos dar.
De todas maneras - y como siempre - es más fácil decirlo que hacerlo. La psicóloga Pilar Conde, en el sitio Hola!, resumió algunos consejos útiles que pueden servir para relativizar los problemas.
Observar y valorar el problema
La experta recomienda centrarse en el suceso, observarlo incluso desde fuera, en la medida en que nos sea posible, para poder realizar un buen análisis. Hay que tener en cuenta que, ante cualquier sentimiento o emoción, cuando la aceptamos es más fácil resolverla y gestionarla, porque además de conciencia de lo que nos pasa, implica una preparación para asimilar y empezar a relativizar.
Evitar centrarse en las emociones
No es fácil, pero hay que tratar de no centrarse en las emociones que nos puede generar un problema concreto. "Es natural que me provoque reacción emocional, pero si dirijo la atención en exceso hacia ahí, acabaré centrándome en el malestar que siento, dando vueltas, sin llegar a tomar decisiones.
Ver también: Alimentos que empeoran el sistema inmune y no lo sabías
Esto además puede derivar en que se acaba realizando un afrontamiento que se centra en victimizarse, en quejarse, o en buscar culpables de lo sucedido. Cualquiera de estas tres opciones no resuelve el problema e incrementa mi malestar", explicó la psicóloga.
Buscar soluciones
Debemos enfocarnos en pensar en alternativas de solución en función del problema, y valorarlas para elegir de esta forma la más adecuada. Así, podemos realizar de una manera simple la comparativa de los pros y contras y, en base a ellos, decidir cuál es la mejor opción.
Y es importante no demorar la puesta en acción de la toma de decisiones para avanzar y resolver el problema, que es lo principal.
Si escapa de tu control
Si nos encontramos ante un problema que no está bajo nuestro control, no cabe duda de que debemos evitar ocuparnos. Hay que entender que, aunque preferiríamos que fuese de otra manera, no depende de nosotros la solución.
Ver también: Estas son las cosas que guardas en casa y debes tirar ya
La clave está en no atribuirnos lo que no está bajo nuestra decisión ni impacto.
Si se mantiene en el tiempo
Hay veces que los problemas se mantienen en el tiempo, se enquistan y nos acompañan más tiempo del que desearíamos. Es entonces cuando, en su opinión, hay que tolerarlos. "Para ello, es importante que decidamos cómo afrontarlo, que tengamos claro cómo lo queremos ir afrontando poco a poco, y el resto del tiempo cuidarnos, empleando dicho tiempo para otros aspectos importantes de nuestra vida, evitando así la rumiación inefectiva", concluye la psicóloga.