Es el endulzante más popular y rico, pero hay que ser moderados en su consumo. Cuatro signos de que estás comiendo demasiado azúcar.
Por estos motivos no deberías consumir tanto azúcar
El azúcar es muy rico. Obvio: por algo nos gusta tanto comerlo. Si bien hay personas más de lo salado y otras más "dulceras", nadie se resiste por completo a la sensación que nos genera. El problema es que el azúcar es adictivo. Y no se queda solo ahí: su consumo en exceso es causante de sobrepeso, de piel grasa, caries y puede llevar a una sensación de pesadez.
Está bien darse un gusto y comerse una torta, un chocolate o una golosina. El problema es cuando te das cuenta de que necesitás hacerlo para sentirte bien. En ese caso, se podría hablar de una ansiedad que está siendo calmada con comida o directamente de una adicción al azúcar.
Es muy importante conocer cuáles son las consecuencias de excederse con el azúcar. Quizás ya notaste alguno de estos síntomas y no sabías que tenía que ver con tanta ingesta de este endulzante. Por eso, te resumimos algunas de las manifestaciones del exceso de azúcar. Recordá que no está mal comerla, simplemente, como todo, hay que hacerlo con moderación.
La piel se pone grasa
El cutis acusa recibo de cuando nos excedemos con el azúcar. No es raro que se genere acné o rosácea cuando hay demasiada azúcar en el cuerpo. A veces, simplemente se advierte en el brillo del cutis, lo que indica piel grasa.
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Sentirse con pesadez
Excederse con el azúcar nos hace sentirnos fatigados y con el cerebro "lento". El pico de insulina que se produce es lo que genera esta incomodidad.
Aumento de peso
La sobreproducción de la insulina también causa que se almacene más grasa en el cuerpo. El hígado es el órgano que metaboliza la fructosa, convirtiéndolo, como al alcohol, en la grasa que después notamos al mirarnos en el espejo o cuando nos paramos sobre la balanza.
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Aparición de caries
Las bacterias en la boca se multiplican ya que el azúcar interviene con la saliva. Este fluido tiene como fin mantener el pH de la boca en equilibrio, pero su trabajo es interrumpido por el azúcar, por lo que al lavado de dientes debe acompañarse una reducción de su ingesta.