Un especialista explicó por qué hay tantas razas distintas y por qué existen perros "sin raza".
Cómo surgieron las razas de perros a lo largo de la historia
Desde antes de que se escribiera la historia, los seres humanos tuvieron intercambios con los lobos. Esos animales, que se acercaron a nuestros pares en busca de comida, fueron potenciando algunas actitudes como el ladrido fuerte o un temperamento dócil. Y esa relación, basada en la mutua conveniencia -mientras unos buscaban alimento, otros querían animales que cumplieran distintos trabajos-, fue modificándolos y creando las razas.
Con cada uno de los cambios y adaptaciones, los perros empezaron a adoptar una apariencia y un comportamiento muy diferente entre sí manteniendo algunas características del lobo padre de todos.
Hubo lobos que "asustaban a la presa" que se escondía entre los arbustos y que la atacaban para que saliera de allí y poder entonces cazarla. La evolución, la interacción del ser humano y el mismo mecanismo de selección de siempre determinó la llegada de esos "bush dogs", perros levantadores o perros de arbusto como el Cocker Spaniel, y otras razas semejantes.
El veterinario Juan Enrique Romero explicó este fenómeno en una nota para el sitio Infobae. Otro ejemplo: cuando el hombre vio también que algunas presas eran muy veloces y que había que perseguirlas, fue seleccionando a los lobos-perro más ágiles y veloces, llegando a los galgos.
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En un proceso de expansión posterior y con los distintos usos que el ser humano le dio al perro, fueron surgiendo las distintas razas. De esta forma, los perros domesticados se extendieron por todo el espectro internacional, hasta distribuirse por distintas partes del mundo, manteniendo sus utilidades en algunos casos y cambiando su vida en otros.
A medida que se fueron cruzando más razas, surgieron los perros "sin raza". Como el mestizaje genético favorece la salud, estos perros terminaron siendo más longevos que los "de raza", sintetizó Romero.
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