Teniendo en cuenta estos consejos podrás saber el estado real de conservación de este embutido altamente consumido en Argentina.
¡Atención! Así podés saber si el jamón se echó a perder
Ingerir productos alimenticios en mal estado puede derivar en un complejo inconveniente para nuestra salud y una intoxicación alimentaria que nadie quisiera atravesar. Lo cierto es que no siempre podemos determinar el estado de lo que consumimos, pero sí tener en cuenta indicios para evitar un malestar indeseado.
De esta manera, es importante aprender a reconocer cuáles son las señales que indican que un producto se echó a perder. Es que cuando comienza el proceso de descomposición, se modifica el olor, color y textura de las comidas y ya es momento de desecharlo.
En el caso de los embutidos, a pesar de que tienen preservantes que alargan su vida útil, deben ser bien almacenados en una cadena de frío porque sino para que no se pudran rápidamente.
Las señales
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En primer lugar, el indicio más sobresaliente de que las cosas no están bien es notar cambios visuales en el trozo de jamón. Hay que estar atento a la presencia de hongos, como cambios de color. Si ves que tiene manchas de coloraciones diferente, como gris, amarillo o café, lo más probable es que no sea seguro comerlo.
También, al tacto puede que se sienta viscoso o que veas una película sobre cada lámina. Esta puede ser una señal de que ha sido colonizado por bacterias que aceleran la descomposición. Al mismo tiempo que se siente pegajoso cada corte puede estar más duro de lo habitual.
Por último, según explica el sitio Meganoticias, el cambio que no se te puede pasar es el olor de los embutidos. Si sientes un aroma desagradable, a vinagre o como a amoniaco, lo mejor será deshacerte inmediatamente del producto debido a que ya no es apto para el consumo.
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