El compostaje casero es una manera sencilla de reducir residuos, cuidar el medioambiente y obtener abono natural para tus plantas. Descubrí cómo empezar con materiales que ya tenés en casa.
Cómo hacer compost en casa de forma fácil y rápida
En la jardinería actual, el compostaje es una tendencia creciente en los hogares, no solo por su impacto positivo en el medioambiente, sino también por sus beneficios prácticos para quienes disfrutan del jardín o simplemente quieren reducir la basura orgánica.
Transformar restos de comida y residuos de jardín en abono rico en nutrientes puede parecer complicado, pero con un enfoque práctico, hacerlo en casa es más sencillo de lo que creés.
Según fuentes históricas, sir Albert Howard fue el primero en experimentar sobre el modo de prepararlo en Indore. Aunque, la verdad es que el compost existe por sí mismo desde que hay plantas verdes sobre la tierra. Cualquier vegetal que caiga al suelo y se pudra de forma aeróbica, con participación del oxígeno como parte del proceso de putrefacción, se transforma en compost. En cambio, el que se pudre de forma anaeróbica se convierte en turba y al final, bajo el efecto de la presión, en carbón.
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Beneficios del compost
.Mejora la fertilidad del suelo: El compost aporta nutrientes y microorganismos que ayudan a las plantas a crecer.
. Reduce el uso de fertilizantes químicos: El compost contiene macronutrientes y micronutrientes que las plantas necesitan para crecer.
. Reduce la contaminación: El compostaje reduce la cantidad de residuos orgánicos que van a vertederos e incineradoras, lo que disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero.
. Ayuda a controlar las plagas: Los microorganismos del compost pueden ayudar a proteger los cultivos de enfermedades comunes.
. Protege el suelo: El compost ayuda a prevenir la erosión y la degradación del suelo.
Paso a paso para hacer un compost casero
El sitio "Ecologia Verde", nos brinda cinco tips para tener en cuenta al momento de realizar un compostaje para el jardín de tu hogar:
1. Elegir el recipiente adecuado: Si tenés jardín, podés optar por una compostera grande o hacer un hoyo en la tierra. Si vivís en un departamento, podés usar un balde con tapa o una caja plástica con pequeños agujeros para ventilación. Hay opciones específicas de composteras urbanas que son compactas y estéticamente agradables.
2. Seleccionar los materiales correctos: El compost se forma a partir de dos tipos de residuos, los verdes (ricos en nitrógeno) y marrones (ricos en carbono). Para los verdes podés utilizar restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo, café usado y hojas frescas. Mientras que para los marrones, las hojas secas, ramas pequeñas, cartón sin tinta y el papel no plastificado son buenas opciones.
Evita incluir carne, lácteos, grasas o productos muy procesados, ya que pueden atraer plagas o dificultar el proceso.
3. Alternar capas y mantener el equilibrio: Para un compost saludable, es ideal intercalar capas de residuos verdes y marrones. Esto asegura que haya un balance entre carbono y nitrógeno, esenciales para la descomposición. Si el compost huele mal, se recomienda añadir más residuos marrones y si está muy seco, sumar restos verdes o un poco de agua.
4. Remover y controlar la humedad: Revolver el compost una vez a la semana para airearlo y acelerar el proceso de descomposición. La mezcla debe sentirse húmeda, como una esponja escurrida. Si está demasiado seco, agregar un poco de agua y si está muy mojado, incluir más materiales secos como cartón o hojas.
5. Obtención del compost final: En pocas semanas o meses (dependiendo del clima y los materiales), tendrás un abono de color oscuro, con olor a tierra húmeda. Podés usarlo para enriquecer la tierra de tus plantas o jardín, ayudando a que crezcan fuertes y saludables.