Ideal para cuando lo que falta es tiempo. Y lo que es mejor aún es que se usan productos enlatados y envasados, que no necesitan tanta cocción. Esta preparación es de las que dejan madres y abuelas.
Colchón de arvejas en pocos minutos
El "Colchón de arvejas" es una de esas comidas que nos remite, al menos en mi caso, a la casa de los padres y abuelos, esos platos que se resuelven en minutos y con pocos ingredientes. Y lo que es mejor, es esa comida que se hace teniendo una o dos latas de arvejas, de esas que viste baratas en el súper y decís para algo me van a servir, y a los que nos gusta cocinar ya sabemos que será o para el arroz amarillo o para armar justamente ésto.
Vi hacer esta receta a mi abuelo y después a mi madre. No sé su origen, pero sí que figura en varios libros de cocina argentina. Tiene sus variantes, como los que le agregan panceta, aunque no sería este el caso.
Ingredientes: 1 cebolla grande o dos medianas, 1 taza de salsa de tomate o tomate fresco triturado, 2 latas de arvejas, 4 o 5 huevos según la cantidad de comensales, aceite de oliva o manteca, sal, pimenta y orégano a gusto.
Preparación
1- Cortar la cebolla en rodajas o medias rodajas y rehogarlas en una sartén con aceite de oliva.
2- Cuando la cebolla esté blanda y tornándose transparente, agregar el tomate y las arvejas. Sumar los condimentos. Y tapar hasta que comience al largar el jugo de las verduras. Si vemos que le falta líquido se pude agregar un poquito de agua, o caldo o más tomate.
3- Cuando los ingredientes están integrados y se nota un a preparación jugosa, se hacen huequitos entre la verdura, donde se vuelcan los huevos, a los que se le agrega un poquito de sal antes de que comiencen a cocinarse.
4- Una vez que ubicamos los huevos tapamos la preparación por unos minutos hasta que las claras comiencen a blanquearse.
5- Cuando las claras están armadas y totalmente blancas la comida ya está lista.
Se come caliente y la forma más fácil de servirlo es con cuchara grande o una espumadera para evitar que se rompa el huevo. Ahora, si se les rompe no duden en mezclarlo como si se tratara de un revuelto. Nada se pierde, todo se transforma. Y si se animan a hacerlo, que lo disfruten.
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