El castillo de estilo francés en el que se hospedó Saint-Exupéry

El autor de El Principito se alojó en esta mansión que luego se incendió y se restauró en 2013 para convertirse en un museo.

El castillo de estilo francés en el que se hospedó Saint-Exupéry

Por: Figueroa

En la ciudad de Concordia , provincia de Entre Ríos, se encuentra un castillo de estilo francés que fue inaugurado en 1888, recibió la visita del autor de El Principito, Antoine de Saint-Exupéry, en 1929 y que nueve años más tarde se incendió hasta que en 2013 se decidió restaurarlo para convertirlo en un museo.

Se trata del Castillo San Carlos que fue construido por la familia Demachy con el estilo de los castillos europeos de la época. Esta construcción se trató de una verdadera mansión de 27 habitaciones que se erigió con materiales traídos de Francia, Reino Unido, Alemania e Italia aunque el amor de la familia se terminó rápido: apenas la habitó durante tres años antes de volver a Francia.

La propiedad luego fue adquirida por la familia de Roberto Lix Klett y cambió de dueño rápidamente: la familia Fuchs Verón la compró y de forma inédita y casi sin esperarlo recibió la visita de Antoine de Saint-Exupéry cuando el escritor y aviador francés tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia cerca del Río Uruguay y se topó con esta mansión de estilo francés.

Las crónicas de la época y los sucesos recuperados por los historiadores destacan que mientras se alojó en el Castillo San Carlos Saint-Exupéry conoció a las hermanas Suzanne y Edda Fuchs que solían conversar con los animales que habitaban la propiedad y se habrían convertido en fuente de inspiración para que el escritor francés escribiera la obra El Principito, que está señalado como el quinto libro más vendido de la historia.

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Luego de estos sucesos la familia Fuchs vendió el castillo a la Sociedad Rural de Concordia, hasta que posteriormente volvió a pasar a manos de personalidades adineradas de la zona que la adquirieron y un fuerte incendio que se inició por causas desconocidas la dejó casi en ruinas.

Pasaron muchos años hasta que en 2013 esta mansión fue restaurada y convertida en un museo que actualmente se puede visitar. En sus 80 hectáreas se puede visitar su jardín botánico, sus miradores naturales con vistas al Río Uruguay, sus cuatro parques infantiles y el Monumento al Éxodo.

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