Esta modalidad de dieta está cada vez más de moda. Sin embargo, no está recomendada para todas las personas. Qué sabe la ciencia hasta ahora.
Mitos y verdades del ayuno intermitente
Las dietas de ayuno intermitente se volvieron muy populares en los últimos años, sobre todo entre quienes buscan bajar de peso, pero también en personas con enfermedades metabólicas como la diabetes. Ese auge hizo que empezaran a realizarse estudios científicos que analizan sus efectos en el cuerpo y su seguridad.
Una nueva revisión de la evidencia disponible hasta el momento arrojó más información preliminar sobre este modo de alimentación y ofrece consejos para incorporarlo.
El artículo "Aplicación clínica del ayuno intermitente para bajar de peso: progreso y direcciones futuras", fue publicado en la revista Nature Reviews Endocrinology.
Quiénes pueden hacer ayuno intermitente
La práctica de ayuno intermitente no es recomendable en personas embarazadas o período de lactancia, menores de 12 años, personas con trastornos alimentarios (o antecedentes), quienes tengan un índice de masa corporal (IMC) bajo (menor a 18,5), trabajadores por turnos y personas que deben tomar medicamentos con alimentos en diferentes horarios, sintetizó Clarín.
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En el reciente análisis, los científicos se concentraron en identificar qué grupos pueden beneficiarse con la práctica de ayuno intermitente. Se trata de los siguientes:
-Adolescentes con obesidad severa.
-Adultos con peso normal, sobrepeso u obesidad. Los investigadores concluyeron que el ayuno funciona tanto para personas de peso normal como para quienes tienen obesidad.
-Adultos con hipertensión o colesterol alto.
-Personas con resistencia a la insulina o prediabetes. Según observaron, pierden cantidades de peso similares a quienes no tienen esas condiciones.
-Personas con diabetes tipo 1 o tipo 2.
Mitos del ayuno intermitente
La investigación también arrojó algo de luz sobre los dos principales mitos sobre el ayuno intermitente: que no comer durante varias horas provoca cansancio y que no es seguro para la salud.
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"El mito principal es que las personas se sentirán débiles y no podrán concentrarse durante el ayuno. Demostramos lo contrario: en realidad tienen una mejor capacidad de concentración", afirmó Varady, y agregó que el aumento de energía puede ser una respuesta evolutiva vinculada a la fuerza para buscar comida.
A partir de los estudios analizados, la investigadora y su equipo concluyeron también que el ayuno intermitente es generalmente seguro y produce pocos efectos gastrointestinales, neurológicos, hormonales o metabólicos.
Sobre ese último punto, indicaron que la evidencia disponible en la actualidad muestra que el ayuno intermitente no daña el metabolismo.