Conocé qué te espera para la semana del 26 de noviembre al 2 de diciembre.
Un poco sensibles: somos cambio
Para la semana del 26 de noviembre al 2 de diciembre conocé que este lunes 27 de noviembre amanecemos con luna llena en el signo de Géminis, signo de aire que se vincula a nuestro mundo de ideas y pensamientos. Todas las lunas llenas involucran cierres de un ciclo de alrededor de 6 meses, por lo que muchas veces, la sensación es de que algo concluye o simplemente caen fichas. La luna representa nuestro mundo emocional, por lo que, durante las lunas llenas, quedan expuestas a la luz parte de nuestras emociones, que venían subjetivamente movilizando nuestro interior.
Géminis es un signo mutable, de adaptabilidad y movimiento, especialmente vinculado al aprendizaje y la curiosidad. Esta luna se trata de nuestros pensamientos, de cómo armamos nuestros circuitos mentales. La forma de aprender genera internamente patrones de asociación, y eso, es precisamente lo que se va a poner de manifiesto durante esta lunación. Acompañando a este movimiento en el cielo, pegadito al Sol, nuestro guerrero Marte, se encuentra justo en el lado opuesto de la luna. Se va a sentir una tensión interna entre ese deseo que nace de mi corazón invitándome a accionar y los miedos ocultos asociados a los patrones mentales ya aprendidos. Además, el regente de Géminis, nuestro popular mensajero Mercurio, se encuentra un poco nublado y confundido por la presencia de Neptuno, haciendo que la sensibilidad aumente exponencialmente. Puede que para muchos, el comienzo de semana traiga una sensación de cansancio y poca energía. También es posible que nos dediquemos a querer sostener lo insostenible con tal de que encaje en ese modelo que tenemos en nuestra mente. Muchas veces queremos que nada cambie, que todo siga siendo tal cual lo recordamos, y cuando la realidad es otra, nos inunda la desilusión. Esta luna se trata precisamente de eso, de comprender que el cambio es inevitable, que no sólo los demás cambian, sus intereses se modifican, sino que uno también va cambiando conforme vamos viviendo experiencias. En el plano emocional, puede ser una luna que venga acompañada de sensaciones de dolor o duelo, ya que finalmente se cae ese ideal que sosteníamos, con respecto a los vínculos, en el trabajo o incluso con uno mismo. El lema de esta luna es "lo único constante es el cambio", donde la aceptación juega un rol clave. Aprovechemos este espacio para aprender a adaptarnos a nuestro nuevo ser y, al mismo tiempo, poder comprender la transmutación de las personas que nos rodean.
Vamos a lo concreto
Para el fin de semana, precisamente el 2 de diciembre, Mercurio ingresa en Capricornio. Nuestra mente deja el fuego sagitariano para ingresar de cabeza en la realidad. Lo concreto, lo real y lo que hemos logrado se va poner en primera plana. La energía de Capricornio es de perseverancia, ambición y excelencia, lo cual puede traer, en primera instancia, un encuentro mental con todas las limitaciones que vivimos en la diaria. Sin duda, esto puede sentirse como un balde de agua helada o como un golpe fuerte contra una pared. Si venís cansado o frustrado de estar varado en el mismo lugar, la clave está en poder visualizar esas limitaciones como un espacio que habilita la posibilidad de hacer algo al respecto para cambiarlas o para dar un giro hacia otra dirección.
Es posible que este movimiento dispare enojos, contra el sistema, contra lo que los demás nos solicitan, contra nuestras propias elecciones. Todo esto nos invita a repensarnos y explorar nuevas opciones, principalmente a conectar con la perseverancia, que surge detrás de ir sorteando los desafíos que se van presentando en nuestro camino. Capricornio es constancia, es sostén, y esa estructura que nos permite construir bases sólidas para montar un rascacielos si lo deseamos. Sólo que hay que comprender que todo lleva su tiempo, nuestras ideas pueden ser maravillosas, pero a veces hay que aprender a esperar, sostener y continuar avanzando, por más que cada paso se sienta pequeño, es uno más hacia ese lugar al que queremos llegar.
La propuesta, para no caer en el pozo de la frustración, es enfocar nuestra mente en los pensamientos que sí suman, esos que precisamente construyen. Suena fácil al decirlo, sin embargo, hacerlo es otra cosa. Poder concentrar nuestras energías en lo que sí podemos hacer, aquello que está al alcance de nuestras manos, en lugar de mirar lo que no tenemos cerca, implica un gran paso de desaprender. Culturalmente, estamos acostumbrados a fijar nuestra cabeza en lo que nos falta, es decir, el resultado. Tenemos una tendencia social a ser exitistas, en el sentido amplio de esta palabra. Miramos a quienes tenemos al lado, comparando nuestro camino con el de ellos, simplemente enfocados en lo que nosotros no hemos logrado. Sin duda, es una visión bastante castigadora y juiciosa. Si logramos desaprender esto, el camino se ve diferente, ya que la comparación no se centra en lo que tiene o no el otro, sino en lo que hemos avanzado. Es decir, comparando dónde estamos parados hoy, en relación al lugar desde donde salimos. La clave está en continuar en movimiento, más allá de las caídas, o de los malos días...si realmente lo que elegimos está alineado con nuestro ser, las oportunidades se van a ir abriendo, solo hay que estar abiertos y convencidos de que esa meta o propósito está disponible para cada uno de nosotros. La madurez mental que propone Capricornio, tiene que ver con comprender que hay momentos para insistir y momentos para soltar, confiando en que, cuando estemos listos y realmente preparados, vamos a llegar a cumplir ese objetivo tan deseado. A veces, las resistencias o los ciclos de repetición, que conllevan ciertos procesos frustrantes, aparecen en nuestra vida para que integremos un aprendizaje que nos acerca más a la meta. Buena semana!!