El camino hacia la sostenibilidad es largo y siempre habrá hábitos que puedas mejorar.
Así podés fabricar tus propios productos de limpieza
Fabricar tus propios productos de limpieza tiene varios beneficios por más pequeño que parezca. Uno de ellos es la ayuda al medioambiente.
La limpieza del hogar suele ser uno de los grandes temas olvidados en este aspecto. Empezar a utilizar productos naturales y libres de químicos, empiezan a cobrar fuerza.
Prepararlos en casa es sencillo y muy económico y con ello estarás contribuyendo un poco más al cuidado del planeta.
Ver: Ejercicios en casa: rutina simple para principiantes
Limpiador multiusos
-2 tazas de vinagre de manzana
-4 tazas de agua
-1 limón exprimido
Preparación
Disponer el vinagre, agua y jugo de limón en un recipiente, y mezclarlos. Verter el contenido en un spray, agitar de nuevo y pulverizar sobre la zona a limpiar. Pasar un pequeño trapo por la superficie para retirar el exceso de producto y dejar secar.
Con estos sencillos pasos podrás limpiar cristales, mesas y, ampliando las cantidades dadas anteriormente, también puede servirte para fregar los suelos de gres y parqués.
Quitagrasas
-250 ml de agua
-1 vaso de vinagre blanco o de manzana
-2 cucharadas de bicarbonato
-50 g de jabón natural
Preparación
Hervir el agua en una cacerola alta. Añadir el jabón y cocinar hasta que se derrita. Remover. Apartar la olla del fuego y añadir cuidadosamente el bicarbonato. Remover y dejar enfriar.
Añadir el vinagre con cuidado. El bicarbonato y el vinagre reaccionan al contacto, por lo que cuanto más alta sea la cacerola, menor probabilidad de que se derrame por la cocina el producto. Remover.
Dejar enfriar por completo y verter el quitagrasas en un recipiente con difusor. Cerrar y agitar siempre antes de usar.
Ver: Cómo ablandar rápido los garbanzos si olvidaste dejarlos en remojo
Detergente para la ropa
-5 litros de agua
-245 g de Jabón natural
-5 cucharadas de bicarbonato de sodio
-Aceite esencial (del olor que se prefiera)
Preparación
Hervir en una cacerola la mayor cantidad de agua posible (reservar la que no quepa). Partir el jabón en pequeñas porciones y añadir a la cacerola. Añadir el bicarbonato. Cocinar hasta que el jabón se haya derretido y la mezcla tenga una textura similar a la del gel convencional. Dejar templar. Añadir un par de cucharaditas de aceite esencial para que el detergente tenga aroma (opcional).