El picoteo es la práctica de comer pequeñas porciones de alimentos fuera de las comidas principales.
Cómo controlar el "picoteo" y mejorar nuestra alimentación
El término "picoteo" se refiere a la costumbre de comer pequeñas cantidades de alimentos entre las comidas principales, de manera informal y sin un patrón establecido.
En este sentido, según especialistas, esto puede parecer inofensivo pero puede provocar efectos negativos si se establece como una rutina y no se realiza de manera consciente y equilibrada.
El problema viene cuando ese picoteo es movido por un impulso surgido de la ansiedad, el aburrimiento o la mala gestión de las comidas.
Causas que nos llevan a implementar el picoteo
- Comidas desequilibradas: si nuestras comidas por lo general carecen de proteínas o fibra, es probable que no terminemos saciados y por lo tanto en un breve lapso de tiempo tengamos la necesidad de "picotear" algo.
- Estrés o aburrimiento: Es muy frecuente que el picoteo se realice como un mecanismo para calmar los nervios o matar el tiempo.
- Pantallas: Es común que el picoteo inconsciente aumente si estamos dedicando mucho tiempo a algunos amigos silenciosos como la televisión, la computadora o nuestro celular, ya que nos incitan a menudo a picar algo sin pensarlo.
Problemas que puede causar el picoteo
Si acostumbramos a nuestro estómago a trabajar sin parar, podemos cometer el error de interrumpir sus señales naturales y el resultado será que a nuestro organismo le cueste distinguir entre el hambre real y las ganas de comer.
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En esta dirección, además de engordar, picar productos ricos en sal, azúcar o grasa puede tener efectos negativos para la salud. Por ejemplo, el consumo excesivo de sal favorece la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares o las bebidas azucaradas aumentan el riesgo de diabetes de tipo 2.
Consejos para controlar el picoteo
1) Comer alimentos completos y equilibrados: Una rutina de alimentos basada en comidas equilibradas y bien pensadas será nuestra mejor defensa contra las ansias de comer.
2) Planificar nuestros menús: No hay nada como estar perfectamente organizado para evitar tentaciones. Un menú variado y equilibrado reduce las posibilidades de caer en la improvisación y por lo tanto en el picoteo.
3) Escucharnos: Antes de caer en la tentación es válido preguntarnos "¿Tengo hambre de verdad o es otra cosa? Si es aburrimiento podemos resolver nuestra sensación con otra cosa: salir a pasear, practicar algún deporte, etc.
4) Limitar el uso de pantallas: Comer delante de la tele, del celular o la computadora nos hace comer sin prestar atención a lo que estamos consumiendo. Nuestro cerebro está tan absorto en los estímulos externos que no será capaz de captar las señales de saciedad que envía nuestro estómago y probable que comamos más de lo necesario.
5) Tomarnos un tiempo para comer: Es fundamental comer despacio y en ambientes tranquilos. Cuanto más rápido comemos, menos tiempo tiene nuestro cuerpo para avisarnos de que estamos llenos. Así que lo mejor es relajarse y saborear cada bocado.
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¿Y si el hambre persiste? En este sentido, los especialistas argumentan que tener hambre no debe ser motivo de culpa. Por lo tanto, si tenemos mucha hambre entre las comidas principales lo que hay que hacer es optar por opciones saludables como frutas, frutos secos o un yogur natural.