En la mayoría de los casos, y salvo que exista algún tipo de contaminación, el agua que sale del grifo tendrá unos niveles tolerables de este metal.
Por qué nunca deberías tomar el agua del primer chorro de la canilla
En la mayor parte de nuestro país, el agua que sale de la canilla o grifo de nuestras casas es apta para el consumo humano.
Sin embargo, hay algunas precauciones que no está de más tomar para proteger nuestra salud.
Uno de esos consejos es el de evitar beber el agua del primer chorro al abrir el grifo.
Puede resultar extraño, pero esto es porque hay ciertos factores que afectan al contenido de ciertos metales en el agua, como el tiempo de permanencia del agua en las tuberías de distribución del agua o el tiempo de estancamiento.
Uno de estos metales es el níquel, un elemento que el organismo humano no necesita para su correcto funcionamiento y que en determinadas dosis puede resultar tóxico.
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En la mayoría de los casos, y salvo que exista algún tipo de contaminación, el agua que sale del grifo tendrá unos niveles tolerables de níquel para la mayoría de las personas.
Sin embargo, existen personas particularmente sensibles al níquel, y la ingesta de agua con concentraciones demasiado elevadas de este metal podría en un momento dado agravar fenómenos alérgicos.
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