Se produce a raíz del miedo a que no haya medios de escape o ayuda accesibles. Cómo tratarla.
Agorafobia, un trastorno de ansiedad muy común en pandemia
La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que el afectado teme a los lugares o las situaciones que podrían causarle pánico y hacerlo sentir atrapado, indefenso o avergonzado, por lo que evita este tipo de lugares o situaciones. El temor es a una situación real o anticipada, como usar el transporte público, estar en espacios abiertos o cerrados, hacer una fila o estar en una multitud.
Se produce a raíz del miedo a que no haya medios de escape o ayuda accesibles si se intensifica la ansiedad.
La mayoría de las personas que sufren agorafobia la padecen después de tener uno o más ataques de pánico, lo que los hace preocuparse por volver a tener un ataque, así que evitan los lugares donde puede volver a suceder. La psicóloga Laura Palomares explica al sitio Hola! que "la agorafobia acaba siendo el miedo a sufrir un ataque de pánico y a la sensación de no control ante este, lejos de los espacios habituales o reconocidos como seguros".
Causas
"Si en algún momento de estrés o crisis vital, sufrimos angustia, sensación de no control, o una crisis de ansiedad, en un lugar no habitual, muy concurrido o en el que sentimos que no tenemos fácil salida para buscar ayuda o nos sentimos desprotegidos, podemos asociar esta ansiedad al hecho de estar alejados de lo que consideramos espacios seguros", explica.
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Y añade que esta asociación hará que anticipemos con ansiedad cualquier salida o exposición a volver a alejarnos del mismo, y acabemos evitando, lo que reforzará estos miedos, entrando en un círculo vicioso.
¿Cómo se manifiesta?
-La agorafobia se manifiesta con sentimientos de angustia y pensamientos anticipatorios y recurrentes de miedo a perder el control, sufrir un ataque de ansiedad, y no poder recibir ayuda.
-Suele haber un intenso pudor social a manifestar una crisis ante los demás, lo que aumenta la presión.
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-En ocasiones, la persona muestra mucha ansiedad ante la posibilidad de desmayarse ante desconocidos o a que sus síntomas de angustia sean muy evidentes.
- Esto puede conllevar evitar alejarse de los lugares conocidos, salir solo de casa, coger el metro u otros transportes públicos, entrar en sitios concurridos que se perciben como de difícil salida, e incluso ir al cine si no nos sentamos al lado del pasillo, por si en algún momento se necesitara salir corriendo.
-También se manifiesta con crisis de pánico que suelen expresarse con taquicardia, temblores, dificultad para respirar, náuseas, sensación de mareo y la creencia de que se puede morir ante la intensidad de estos síntomas.
"Todo esto hace que la persona sufra intensamente y evite cada vez más volver a sufrir estos síntomas, por lo que su vida puede verse seriamente limitada además de presentar síntomas de estrés postraumático y una importante merma de la autoestima y bajada del ánimo", nos cuenta la especialista.
¿Suele haber un hecho que la desencadena?
Una de las claves es buscar la causa que motiva la aparición de una fobia. Lo cierto es que, en opinión de Laura Palomares, detrás de los trastornos de ansiedad suele haber alguna situación vital importante que nos pueda estar preocupando, un momento de estrés que se está alargando demasiado, o algo en nuestras vidas que necesitamos revisar y que está generando un malestar que no estamos atendiendo o del que no somos conscientes.
¿El agorafóbico nace o se hace?
Aunque hay personas más susceptibles a la ansiedad, todos podemos desarrollar algún trastorno similar a lo largo de nuestra vida, por alguna de las causas descritas más arriba. "Lo importante es identificarla y afrontarla como una oportunidad para colocar aspectos de nuestra vida que haya que cambiar y pedir ayuda profesional si es necesario", recomienda la psicóloga.
Cómo afrontar esta fobia
Tal vez la fase más importante, después de reconocer el problema, es tratar de conocer qué consejos y herramientas tenemos a nuestro alcance para afrontarla. Tres puntos a tener en cuenta:
-Es importante tratar de no evitar desde el comienzo de estos síntomas, ya que de lo contrario, aumentaremos el miedo.
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-Exponerse progresivamente, saliendo cada vez un poquito más allá de los lugares habituales, primero acompañados y luego solos; tratando de no evitar sitios públicos, aunque sea manteniéndonos al principio cerca de las salidas, para ir adentrándonos poco a poco en las siguientes ocasiones; ir haciendo viajes cada vez a lugares algo más alejados, sin comprobar dónde se encuentran los centros de salud u hospitales del lugar al que vamos, etc., siempre será positivo.
-Si aun así vemos que la ansiedad se mantiene, o que nos cuesta mucho exponernos, es importante acudir a terapia psicológica, de manera que un profesional especializado pueda guiarnos, enseñándonos los recursos para ello, y acompañarnos en este proceso.