Aunque parezca inofensivo, el polvo acumulado en nuestros hogares afecta la calidad del aire que respiramos. Con algunos cambios sencillos vas a poder mantener el ambiente limpio y libre de partículas.
Los 5 consejos para reducir el polvo de tu hogar
La mayoría de las personas no se detiene a pensar en cuánto polvo realmente hay en el aire de sus hogares.
Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el aire interior puede estar hasta cinco veces más contaminado que el exterior, y una buena parte de esa contaminación se debe a estas partículas domésticas.
Este polvo está compuesto por partículas de piel, pelo de mascotas, polen, ácaros y otros agentes que, al acumularse, pueden afectar a personas con alergias y problemas respiratorios.
Aunque parezca increíble, gran parte de estas moléculas de aire provienen de nuestra piel y cabello, pero también de partículas que se introducen al hogar cada vez que abrimos una puerta o ventana. Mantener un espacio libre de partículas no solo es esencial para una casa más limpia, sino también para una mejor calidad de vida.
5 estrategias para reducir el polvo en tu hogar:
1. Ventilación adecuada y purificación del aire: Abrir las ventanas durante ciertos momentos del día permite que el aire circule, disminuyendo la acumulación de polvo. Instalar purificadores de aire con filtros HEPA en espacios donde pasas mucho tiempo es una gran inversión, ya que ayudan a filtrar las partículas y mantener el aire limpio.
2. Optar por aspiradoras con filtro HEPA: Especialmente si tenés alfombras o tapetes, que son un gran depósito de ácaros. Estos filtros atrapan partículas diminutas y evitan que se liberen nuevamente al ambiente. Aspira regularmente para mantener el suelo libre de polvo.
3. Utilizar paños húmedos para limpiar superficies: Evita limpiar con plumeros, ya que estos solo desplazan el polvo sin eliminarlo. Utiliza en su lugar un paño húmedo o un limpiador de microfibra, que atrapa mejor las partículas. Presta especial atención a las superficies horizontales como mesas y estantes.
4. Lavar cortinas, tapetes y sábanas de la cama regularmente: Estos elementos tienden a acumular mucho polvo, por lo que es recomendable lavarlos al menos una vez al mes. También, cambiar las sábanas semanalmente para evitar la acumulación de partículas.
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5. Eliminar objetos que acumulen polvo: Mantén solo los objetos esenciales y evita la acumulación de libros o adornos en exceso, especialmente en estanterías abiertas, ya que tienden a acumular mucho polvo.