Picar cebollas a veces no es una tarea fácil ya que en cuanto empezamos a cortar sus capas los ojos se nos pueden llenar de lágrimas.
Los 4 tips para no llorar cuando cortamos cebolla
Según especialistas, la irritación ocular que ocurre al cortar cebollas se debe a una sustancia llamada alinasa, la cual es la responsable de producir la emisión de una molécula irritante llamada propanotial.
En este sentido, es común que cuando cortamos cebolla respiremos el propanotial y debido a su acción irritante, nos lloren los ojos o incluso a veces, lleguemos a sentirnos mal y tengamos que salir de la cocina.
De esta manera, los tips recomendados según sitios especializados para cortar cebollas sin lagrimear, por lo general, se encuentran orientados en evitar o reducir la emisión de dicha sustancia y en minimizar sus efectos.
4 tips básicos para cortar las cebollas sin problemas
1) Usar un cuchillo afilado: Para evitar el lagrimeo se recomienda usar un chuchillo de buena calidad y bien afilado para cortar las cebollas. Esto permite que no se resbale al realizar el corte y disminuye la liberación de las partículas volátiles que provocan este tipo de reacciones.
2) Remojar en agua caliente: Esta opción viene bien, siempre y cuando no tengamos problemas con que la cebolla cambie un poco su textura. Podemos calentar una olla con abundante agua, luego cortar la cebolla en trozos grandes y sumergirla durante 5 minutos. Después, quitamos las cebollas y al picarlas, ya no nos lagrimearan los ojos.
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3) Vinagre de manzana: Si bien este truco con vinagre puede evitar la irritación en los ojos al cortar la cebolla, es bueno saber que su práctica puede alterar un poco el sabor. Si no hay problema en que así sea, basta con sumergir el cuchillo en un poco de vinagre antes de proceder a utilizarlo y evitaremos la irritación de ojos.
4) Introducir la cebolla al congelador: Uno de los trucos que más se utilizan para evitar el lagrimeo por cortar la cebolla es introducir el vegetal en el freezer. Esto se puede hacer minutos previos a cortarla, aunque lo ideal es hacerlo, por lo menos, con una hora de anticipación. Esta temperatura evita que se desprendan las partículas irritantes o, por lo menos, no en tanta cantidad.
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