El actor llegó a eltrecetv a probar la conducción en "100 Argentinos Dicen". No sólo logró instalarse, quedarse y afianzarse, si no que consiguió ser el elegido por los televidentes.
Todo lo que se sabe de Darío Barassi, por sus propios dichos
Un lunes 24 de agosto de 2020, eltrecetv ponía al aire el programa de entretenimientos "100 Argentinos Dicen", que se había hecho en 2003 con Monchi Balestra y había quedado en el recuerdo de algunas generaciones. El ciclo se anunció a principios de mes y desde ese momento se veía como una opción familiar o para pasar el rato de distensión, en medio de la pandemia. El día del estreno el rating fue alto.
Lo que causó curiosidad fue que sería conducido por el actor Darío Barassi, que si bien había sido notero de Verónica Lozano, tenía varias obras de teatro en su haber y tiras televisivas; se había popularizado en su papel de Nico en "Educando a Nina", junto a Griselda Siciliani, que justamente se volvía a emitir en ese momento por Telefé.
Hoy, a pocos días de cumplirse un año al aire de "100 argentinos dicen", Barassi no sólo se metió en los hogares argentinos, sino que se quedó y se afianzó, con cosas que lo caracterizan: el humor, la rapidez para generar la risa, la forma de expresarse sobre sí mismo, sus anécdotas, bailar, cantar y hacer de su equipo parte de un todo.
Barassi no sólo se fue quedando con el rating, aunque lo cambiaran de horario, sino que también se probó con un especial nocturno, que derivó en un especial famosos, los domingos a las 20.30.
Ha hecho de las bromas sobre su estado físico algo natural, ha generado notoriedad para sus asistentes, productores y directores. No hay día en que no nombre a "La Colo", que ya da entrevistas para revistas, "El Colo" el mendocino, "Mariano", Luly La Torre y sus camarógrafos. Darío hizo de su estudio un lugar familiar.
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¿Qué hizo el actor para conquistar al televidente en 3... 2...1...? Hizo del ciclo algo más que un programa de preguntas y respuestas. Habló sobre él, su mujer, su hija, su suegra, su madre, sus hermanos y logró que los participantes también se animaran a contar sobre sus vidas.
En lo de Barassi no se dicen malas palabras, o al menos se intenta; no hay groserías aunque se escape alguna vez el doble sentido. En lo de Barassi no hay burlas, hay risas compartidas. Hay palabras que se generan y se quedan en el estudio y en la casa del televidente: "sólido", flácido", "raro", "háganlo meme", "cheto", "desnudo", "I say goodby", "Sí bebé", "Sí Rey" , "mátenlo" y más. Muchas más, incluyendo algunas cosas con tonadita sanjuanina, que se transforman en muletillas que escaparon de la pantalla para pasar al idioma cotidiano.
¿Pero qué sabemos de Darío Barassi, según lo que ha contado en todos estos meses al aire? Seguramente mucho, pero veamos qué sale en el intento de recordarlo.
Es sanjuanino. Tiene 37 años. Hizo la primaria y la secundaria en San Juan. Recién en quinto año pudo empezar a estudiar teatro, porque "en mi casa primero era la escuela, el deporte, inglés, francés y al final, las actividades artísticas".
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Cuando nació pesó 6 kilos, "una santa mi madre" dice siempre y recuerda que su segundo nombre es Tadeo porque su mamá, Laura, le prometió a San Judas Tadeo que si nacía sano se llamaría así, él y sus hermanos. Le gusta que le digan "Daro".
A los 5 años perdió a su papá, mientras le realizaban una operación de cadera. Su madre se las ingenió para sacar adelante a la familia con sus tres hijos varones.
Su apellido paterno es Pacheco. Usa el materno. Siempre fue muy pegado a su abuelo. En la primaria no se sintió apartado por su sobrepeso, porque como era alto lo invitaban a formar parte de los equipos. "Eso sí, siempre era arquero, aunque mi papá quería que jugara al básquet".
A los 18 años se mudó a Buenos Aires y Estudió abogacía, la profesión que tenía su padre. Se recibió con diploma de honor en la UBA. Luego trabajó en el estudio de un hermano durante un tiempo. Pero ya había incursionado en el teatro. "Soy abogado sabías", suele comentar, pero también dice "no recuerdo donde tengo el título. Algún día me puede servir".
Si bien trabajó un tiempo con su hermano, también lo hizo como asesor de Legales en el Ministerio de Salud. "Pero me criticaban porque escribía meloso y demasiado teatral".
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Sus hermanos se llaman Leandro y Fernando, son mayores que él; uno abogado y otro administrador de empresas. Siempre los suma en sus anécdotas de infancia y cuando comenta la forma en que su mamá tuvo que llevar la casa adelante cuando se quedó viuda o cómo entre los tres le "espantaban" a los novios. "Una vez a uno le rompimos las ruedas del auto", contó alguna vez entre risas.
Las bromas con la muerte de su padre, y luego, la del segundo esposo de su madre demuestran su capacidad para burlar el dolor, aunque afirma que ha hecho años de terapia. Siempre busca armar parejas entre participantes o entre participantes y alguien de su equipo. "Lo he hecho toda la vida" dice.
Se afirma fanático de Abel Pintos y siempre repite que fue a un sólo recital en su vida, "el de Pato Sosa".
Está casado con la psicóloga Lucía Gómez Centurión, Luly, desde 2015 y ha dicho que para lograrlo tuvo que "remar como 70 años. Corté un año, porque ella se puso de novia con el gordo pajuerano, abogado. Y de repente estaba a las 03:00 de la mañana persiguiendo notas para un programa de televisión. Para proponerle matrimonio le armé un video donde muchos amigos le daban motivos para que aceptara".
Tienen una beba llamada Emilia que aún no tiene tres años, a la que llama "La Pipi", tan nombrada en el programa que los participantes le llevan regalos, al igual que a él, que no tiene pudor al hablar de sus "canjes", que en la mayoría de las veces hace por su cuenta de Instagram. Como tampoco tiene problema de probar lo que le cocinan las competidoras mientras conduce.
Ha dicho haber tenido canjes de auto, muebles, baños químicos para su fiesta de cumpleaños pre pandemia, comida, chocolates, cremas, pañales y más. La palabra "canje" también está absolutamente normalizada, algo que no siempre sucede con otros famosos.
Es alérgico a los mariscos y en una oportunidad "llegué a tomar medicación para poder comer unas rabas con Luly". Cuando habla de "los amores de mi vida, Luly y la Pipi" el actor hace un gesto especial con su cara y se pone la mano en el pecho. Algo que quizás ni tenga en cuenta.
"Con la gorda nos conocimos a los 16 años. Después ella se puso de novia con otro. Mátenlo. No mentira. Hicimos un vínculo porque los dos íbamos a teatro. Gorda te amo". Esto es lo que nos dice Darío Barassi sobre él a diario, asistido por su equipo al que ya llama "los barassitos".
Sus espectadores saben todo ésto, que ha dicho al aire, más cada uno de sus gustos, como por ejemplo que lo salado le atrae más que lo dulce a la hora de un entremés. Que no quiere que Emilia tenga novio o que quiere "llegar rápido a casa para verla".
Tiene un permanente recuerdos de su padre Fernando y de sus tías las Mattas, primos, amigos, colegas, mientras está conduciendo el programa. "Daro" transforma su trabajo un buen momento para los espectadores, es histriónico, sabe lo que hace, incluso hasta cómo generar un chiste de algo inoportuno y por eso se ha convertido en uno de los conductores más fuertes de la televisión argentina. Si todavía no lo viste, está de lunes a viernes, a las 14.30 por eltrecetv.
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