Disponible en Amazon Prime, la serie de ocho episodios de 40 minutos cuenta la historia de un grupo de amigos que asistieron al recital de Callejeros, el 30 de diciembre de 2004.
Se estrenó Cromañón, la serie de la peor tragedia del rock argentino
Cuando supe del estreno de Cromañón, y en un acto total de cobardía, pensé que no iba a elegir ver una serie que revive una de las peores tragedias que nos tocó vivir a los argentinos, y especialmente a quienes amamos la música.
Lo cierto es que, al valorar que se haya hecho la serie a 20 años de lo sucedido, decidí verla. Me pareció justo hacerlo para poder opinar con la firme intención de que el tema siga siempre presente, con el único deseo que nunca más se repita.
Cromañón, la serie narra la historia de Malena y un grupo de amigos que viven en Villa Celina, el mismo lugar de donde era la banda Callejeros, que en diciembre de 2004 cerraba el año tocando en Cromañón, uno de los lugares más emblemáticos para las bandas de la época. Fueron tres fechas que prometían un futuro al grupo que parecía que nada iba a detener.
La combinación de ficción y datos reales se vuelve, a medida que avanzan los capítulos, bastante difusa. Por momentos, los personajes no logran conmover ni reflejar el dolor y el horror de tantas muertes en nuestro país. Además, el contexto y la época parecen poco logrados: algunas escenas son tan comunes que caen en clichés.
Malena, la protagonista, vive en Rosario, y es el año 2008 cuando se entera de la muerte del chico que la rescató del incendio de Cromañón. Entonces, decide regresar a su barrio para revivir en una suerte de flashback lo sucedido con su grupo de amigos y lo que dejó semejante tragedia.
Uno de los logros de la serie es la recreación del trágico momento del 30 de diciembre. Las imágenes del inicio del incendio y todo lo que se desata después cumplen con una crudeza y representación tan real que el capítulo cinco se destaca de manera particular.
Luego, a través de los personajes, nos imaginamos el dolor que las familias vivieron y la lucha incansable por una justicia que llegó tarde, mal y con tantas vueltas inentendibles. Una lucha que visibiliza, además, cómo la corrupción, la ambición y la irresponsabilidad permitieron que 194 jóvenes, que simplemente habían ido a ver a su banda favorita, no regresaran a sus casas.
La serie, además, tiene dos puntos notables. Por un lado - y lamento el spoiler- no suena ninguna canción de Callejeros. Para mí, es la mejor decisión, ya que en lo personal no volví a escuchar un tema que me trae recuerdos de lo que nunca más debería ocurrir. Por otro lado, Cromañón está narrada de una manera que evita el debate; no da lugar a fijar una posición de nuestra parte.
Aun así, en algunos episodios, el espectador sufre la intención de alargar la ficción innecesariamente. Si la historia hubiera sido contada en seis episodios en lugar de ocho, hubiera sido más efectivo.
Lo cierto es que Cromañón alcanza para que se hable de uno de los peores momentos de la historia del país y para que nos deje alguna enseñanza. Igualmente, creo que aún nos falta para contar con lugares aptos para disfrutar de un show y que las bandas piensen dos veces antes de sucumbir a la ambición de vender más entradas, sin importar si ponen en peligro la vida de sus seguidores. Claro que aprendimos, aunque siempre queda camino por recorrer, porque esto sí que es Argentina.
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