Un repaso por la multifacética carrera del artista que murió este domingo a la madrugada.
Actor, humorista y escritor: la eterna obra que deja Pinti
Este domingo, los argentinos se despertaron con la noticia de que nos dejó uno de los artistas más queridos del país. A sus 82 años, Enrique Pinti murió en el Sanatorio Otamendi, aquejado por la diabetes y las complicaciones de salud que esta le provocó. Sin embargo, el porteño legó a la posteridad una obra completa marcada por la comedia, la actuación y la escritura.
Pinti nunca dejó de trabajar y de aparecer en los medios. En 2020, hizo su último show por streaming, "Un año para olvidar", junto a Marcelo Polino. Desde el living de su casa, opinaba sobre la actualidad y sobre chimentos, adaptándose a la situación de aislamiento por la pandemia.
Referente del café-concert, a Pinti se lo considera uno de los precursores del stand up junto a otros artistas como Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle. Comenzó a los 19 años estudiando y trabajando en el Nuevo Teatro, una compañía independiente en la que llegó también a dirigir comedias musicales infantiles.
En 1958 tuvo su primer papel en una película, con una breve aparición en "El secuestrador", dirigida por Leopoldo Torre Nilsson. Quizá su personaje más recordado a nivel cinematográfico es el de Felipe en "Esperando la carroza" (1985). En esa histórica película, Pinti figuró como actor invitado, interpretando a un primo alcohólico de los hermanos Musicardi y sobrino de Mamá Cora.
Siempre dijo que le encantaba actuar y que escribir era un trabajo. "Yo quería ser actor pero el esquema del teatro independiente no me permitía vivir. Y tuve el clic cuando me di cuenta de que podía escribir. No me gustaba mucho, a mí me gusta actuar. Escribir es un laburo para mí. Pero tenía facilidad para hacerlo", afirmaba en 2006.
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Y vaya que la tenía. Publicó decenas de libros, algunos novelas y otras recopilaciones de columnas que escribía en periódicos. Entre ellos están "Sostiene Pinti", "Que no se vaya nadie sin devolver la guita", "No sé por dónde empezar" y "Las cosas por su nombre".
El estilo que lo caracterizó hasta el final empezó a despuntar en la década de 1970. En ese entonces incursionó en una combinación de café-concert, unipersonal y music hall. Las obras más recordadas de esa etapa son "Historias Recogidas I y II" (entre 1973 y 1979), "Pan y Circo" (1980-81) y "Vote Pinti" (1983).
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Con "Salsa Criolla" vivió diez años llenos un éxito inédito. Se estrenó el 15 de marzo de 1985 y llegó a tener casi tres mil funciones durante nueve temporadas al hilo. A lo largo de ese decenio, tres millones de espectadores vieron a Pinti hablando de la historia del mundo en clave de comedia.
En 2015 volvió al Teatro Liceo para brindar nuevas funciones de "Salsa Criolla", a 30 años de su estreno. En 2017, estrenó "Otra vez sopa", donde repasaba de forma cíclica la historia argentina. "Me río de los políticos porque ellos se ríen de nosotros", decía en aquel entonces.