Hace unos días comenzó a escucharse música en el universo de Charly García con los temas de su nuevo disco. Necesitaba hablar de él y de su obra, pero no encontraba el momento adecuado. Hasta que Lito Vitale llegó a Mendoza junto a Hilda Lizarazu, y el viernes por la noche fuimos parte de una comunión.
Hilda cantó a Charly y al fin llegó la primavera
Con un álbum de 11 canciones, una presentación en el Teatro Coliseo (disponible en YouTube) y una gira por el país, "Hilda canta a Charly" llegó el viernes 20 de septiembre al teatro Plaza de Godoy Cruz. Quince minutos después de la hora anunciada, Lito Vitale junto a Hilda y acompañados por nueve músicos ofrecieron uno de los mejores shows que, sin duda, Charly García siempre merecerá.
Ella es una de las voces más reconocidas de la escena del rock. Corista de Charly en el grupo Los Enfermeros en los años 90, además de varias colaboraciones que siempre la unieron a García. Por eso, en este homenaje, su voz inconfundible e impecable encajó como la pieza perfecta. Incluso podemos imaginar que, seguramente, a Charly le gustó esta propuesta tanto como a nosotros.
Lito Vitale hizo, una vez más, lo que mejor sabe hacer: ofreció una clase magistral de música. Los arreglos y versiones de cada tema, seleccionados para este espectáculo sonaron fuertes y únicos.
La banda fue sorprendentemente delicada y, con esa elegancia, cada uno de los músicos y coristas logró destacarse en su lugar. Integrado con un cupo igualitario de mujeres, detalle que Hilda, en un guiño de conquista femenina, mencionó durante la presentación.
Las luces fueron acordes al espectáculo, mientras que el vestuario jugó solo con el rojo y el negro, buscando un equilibrio con una pantalla algo deslucida que no llegó a resaltar las imágenes proyectadas durante la hora y media de show. Pero fue tanta la fuerza del espectáculo que ese detalle (como la llegada de algunos impuntuales que rompieron la armonía al caminar por el centro de la sala) fueron solo pequeños deslices en medio de una escena que pedía disfrutarse sin interrupciones.
Todo esto formó un combo perfecto: profesionales y una obra musical sobre el escenario, mientras que, abajo, los 700 asistentes conformamos un club que, durante esa noche, celebró cada canción de Charly García. Porque solo él puede mantenerse tan vigente, logrando que tomemos un pedazo del repertorio de nuestro rock y nuestra historia y en su nombre reunirnos a festejar.
Desde "Rasguña las piedras", "Desarma y sangra", la bellísima versión de "Los dinosaurios" o la moderna y reciente "La máquina de ser feliz", hasta "Raros peinados nuevos", "Como mata el viento norte", "Bancate ese defecto", "La grasa de las capitales", "Seminare" y la inesperada "La hora del indeciso", sucedieron en la noche del Teatro Plaza.
Cada canción fue un momento singular. Eran espacios de minutos que nos invitaban a disfrutar, como en los temas instrumentales, que daban paso a los cambios de vestuario de Hilda, los cuales también ocuparon un lugar importante en el show. En esos momentos, Vitale y su piano hicieron de "Pubis angelical" o "Peperina" momentos especiales. Esta última, tal vez, fue un segundo guiño feminista de Hilda, al elegir no ponerle voz a la letra de esa canción.
Cuando ya podíamos anticipar el final, los artistas desde el escenario nos regalaron un largo bis, jugando con la ida y vuelta para seguir cantando una y otra vez. Nosotros, a esa altura, con el corazón adolescente que descubre las primaveras, emocionados, volvíamos a la sala como en un "juego de la silla", bailando mientras hubo música.
¡Qué gran propuesta! Qué bien la pasamos con estos espectáculos que nos renuevan y nos invitan a contar, a hablar de García y a volver a escuchar sus discos, a renacer con la primavera, agradecer que fueron y siguen siendo parte de nuestra historia musical. Y todo eso, sin instrucciones innecesarias, porque al fin de cuentas, todos sabemos lo que tenemos que hacer.
Ver: "La pareja perfecta" en Netflix: entretenimiento y suspenso con Nicole Kidman